Casi coincidiendo con la presencia de Michael Jordan en la localidad, el serbio Novak Djokovic ha vuelto a Marbella estos días. El actual número uno mundial, aunque puede perder en condición de horas este privilegio, prepara una vez más en el Club de Tenis Puente Romano de la localidad malagueña su vuelta a la competición, que pasa por su presencia en el Masters 1.000 de Roma desde finales de la próxima semana, y Roland Garros (desde el 29 de este mes).
Djokovic no compite desde el 23 de abril, en la derrota ante su compatriota Dusan Lajovic en cuartos de final de Banja Luka. Su gira en tierra hasta ahora ha sido muy discreta, aquejado de molestias en el codo derecho, lesión que ya le mermó mucho hace un lustro. De hecho, ha ganado sólo dos partidos y perdido otros tantos sobre arcilla este 2023, porque en Montecarlo cedió ante Rune en su segundo duelo.
La situación a día de hoy es que Carlos Alcaraz volverá a ser número 1 si revalida este domingo el título logrado el año pasado en Madrid (se mide desde las 18.30 horas al alemán Jan-Lennard Struff) y le vale con presentarse en el Masters 1.000 de Roma.
Novak Djokovic sube una grada para dirigirse a la pista de entrenamiento entre algo de público curioso.
JOSELE
Djokovic, que tiene una mansión en Sierra Blanca, ha acudido a Puente Romano con su equipo habitual de trabajo, al que se ha sumado este curso el marbellí Carlos Gómez Herrera, amigo desde hace muchos años y que hasta antes de su retirada fue su ‘sparring’ en decenas de ocasiones.
