Cómo evitar la monotonía para que tu relación no termine

Hay quien dice que la monotonía es la muerte de la pareja. Y puede que en muchos casos sea así, pero también es posible, antes de entrar en la agonía, anticiparse y ponerle remedio. Si sientes que la rutina y el desinterés se han instalado en tu relación, no empieces a preparar su funeral: hay maneras de darle un empujón y recuperar la ilusión.

Un punto de partida puede ser el de aceptar que aquel subidón de los primeros días, semanas o meses va a dejar paso a una nueva etapa, la de los pies en la tierra. No entenderlo así lleva a la decepción y al desencanto. De hecho, hay personas que enlazan una relación con otra porque están enganchados a los fuegos artificiales del enamoramiento y, cuando estos se apagan, sienten que no queda nada.

Pero, en la mayoría de las parejas, no es un tema de decepción, sino un paulatino distanciamiento que, muchas veces, se convierte en una ambigua zona de confort. “Cuando decidimos emprender un viaje en pareja, el velo del enamoramiento nos envuelve de tal manera que perdemos de vista la realidad”, explica la coach Sonia Díaz Rois. “Nos conectamos con una sensación de euforia que nos fascina y que nos hace flotar, desde la convicción de que todo será perfecto”.

Después, el tiempo pasa y “ese velo se escurre, y lo que antes veíamos como lunares puede que se transformen en verrugas. En esta fase, corremos el riesgo de caer en la apatía, en una relación que ni chicha ni limoná”. Por eso, continúa la experta, “es fundamental ser consciente que el cuidado continuo y la atención a los detalles pueden ser la clave para mantener la magia viva en cualquier relación a lo largo del tiempo”.

¿Por qué surge la monotonía?

Parece que no es muy frecuente encontrar a personas que tengan vidas fascinantes en las que cada día es una aventura. A medida que has conocido a tu pareja, y ella a ti, quedan pocas sorpresas en el día a día. La realidad gana cuerpo, y en esa realidad empieza a tomar más y más peso la carga de las responsabilidades.

“La mayoría de las personas  trabajamos durante gran parte del día y llegamos a casa agotados física y psicológicamente -explica Díaz Rois-. Nos hemos pasado todo el día resolviendo problemas y apagando fuegos. Llegamos a casa y lo cierto es que no quedan ni fuerzas ni ganas para preguntar «¿qué tal?», no sentimos una intención genuina de mostrar interés y escuchar desde la curiosidad para conocer esa otra faceta de nuestra pareja”.

A eso se suma el modo piloto automático, en el que se van haciendo las rutinas de cada día -niños, baños, cenas, lavadora- e incluso el tiempo de ocio compartido ya es también rutinario: la serie de Netflix, el último reality, la visita los sábados a la familia.

“Cuando la relación se convierte en algo tan monótono y predecible, el interés y la atención se pierden. Se pierde la chispa, y llega un momento en el que parece que no se siente nada y que estamos por estar”.

Puede llegar el caso de que, aunque se comparta el mismo espacio, no haya comunicación. “A veces, una relación puede parecerse más a la de dos compañeros de piso. Además, damos por sentado que, por el simple hecho de estar juntos, bajo el mismo techo, no es necesario decirse «te amo». O tal vez sí creemos que es necesario, pero esperamos que nuestra pareja sea quien tome la iniciativa y, al final, el uno por el otro, la casa sin barrer”.

Nada de todo esto es bueno para la pareja: el aburrimiento y la falta de emoción pueden hacer que se pierda el interés, “tanto en mimar la comunicación como en mantener activa la parte íntima. La monotonía distancia a las parejas y, si se sostiene a lo largo del tiempo, puede poner en riesgo la relación”.

Consejos para evitar la monotonía

Para evitar que la monotonía afecte a la pareja, es fundamental “incluir algo de frescura y vitalidad en el día a día, como pueden ser acciones, actividades o detalles que aporten novedad y sorpresa. El cuidado constante y la atención a los pequeños detalles pueden ser la clave para mantener la chispa y contrarrestar la monotonía”, señala la coach, que da los siguientes consejos:

1. ¿Qué tal el día? Dedicad unos minutos a compartir la experiencia del día, y escucha de verdad. No comáis frente al televisor o con ruido de fondo para poder mantener una conversación de calidad.
2. Abrid la conversación: aprovecha estos momentos para hablar abiertamente sobre temas que pueden llegar a ser tabú, desde el respeto y la complicidad. Recordad que contáis con toda la confianza, el apoyo y la comprensión que aporta una relación sana. Que podéis contar el uno con el otro.
3. Estad atentos: es importante procurar estar pendientes de los deseos, las expectativas y las aspiraciones de la pareja. No puede ser que os conozca mejor ese compañero de trabajo.
4. Haced actividades juntos: planificad actividades nuevas que os permitan disfrutar juntos. Para ello, es importante identificar esos aliados con los que necesitáis contar en caso de que tengáis hijos o algún mayor del que cuidar, y acordad un día concreto para que todos os podáis planificar.
5. Los pequeños detalles: sorprendeos con gestos inesperados como dejar un post-it con un corazón en el espejo del baño, una notita al lado de las llaves de casa o una flor en el asiento del coche.
6. Cuidad la novedad y la sorpresa: podéis quedar en un sitio, como si fuera la primera cita, sin llegar juntos, sorprendiéndoos con un traje o un vestido nuevo.
7. Creced juntos: aprended de cada fase de la relación. Eso os ayudará a evolucionar juntos y a fortalecer vuestra unión.
8. Echaos de menos: es importante que os permitáis vuestro propio espacio personal para estar con vuestros amigos, o también a solas. Eso os permitirá llegar a casa con más de una anécdota.
9. Un abrazo nunca sobra: si tu imaginación no es deslumbrante, incluye un buen abrazo en tu día. Este simple gesto provoca que se libere oxitocina, la hormona del placer, que os ayudará a consolidar vuestros lazos emocionales.