En el paisaje de la percepción humana, la sinestesia destaca como un fenómeno cautivador que fusiona los reinos de los sentidos en un vibrante mosaico de experiencias.
Esta fusión sensorial única, lejos de ser una mera anomalía médica, ofrece una ventana a una percepción enriquecida de la realidad, donde los sonidos pueden encarnar colores, las palabras pueden transportar sabores y las emociones pueden adoptar formas tangibles.
Las revelaciones del icono del pop Olivia Rodrigo sobre sus experiencias sinestésicas representan esta condición, destacando su papel en los procesos creativos de numerosos artistas célebres.
¿Cómo se puede definir?
Definida por el neurólogo Jesús Porta de la Sociedad Española de Neurología (SEN) como un modo distinto de percibir el mundo, la sinestesia se produce cuando las vías neuronales del cerebro entrelazan los sentidos de formas poco convencionales.
Esto puede manifestarse como colores asociados a la música o sabores vinculados a las palabras, lo que distingue a los sinestésicos de aquellos que simplemente asocian recuerdos con experiencias sensoriales.
Contrariamente a lo que se suele suponer, la sinestesia no consiste en imaginar un plátano de color amarillo, sino en percibir la palabra “plátano” de color amarillo, independientemente del color real del objeto.
Las investigaciones indican que más del 4% de las personas experimentan sinestesia en todo el mundo, y los estudios apuntan a factores genéticos y a una mayor actividad en las áreas cerebrales relacionadas con la memoria, la emoción y el procesamiento del color.
Olivia Rodrigo, compartiendo sus percepciones sinestésicas, describe ver sus éxitos como “Drivers License” en tonos morados, ilustrando cómo la sinestesia enriquece su creación musical.
¿Qué otros famosos sufren de sinestesia?
Famosos como Vincent Van Gogh, Vladimir Nabokov, Charles Baudelaire y Wassily Kandinsky, junto con músicos como Stevie Wonder, Pharrell Williams y Lady Gaga, atribuyen sus extraordinarias habilidades a la mezcla de sentidos generada por la sinestesia.
Sin embargo, poseer sinestesia no predispone automáticamente a la excelencia artística. Se trata de un fenómeno natural que, para la mayoría, se integra perfectamente en la vida cotidiana sin efectos adversos.
Muchos individuos con sinestesia pueden incluso no reconocer sus experiencias sensoriales únicas hasta que se encuentran con descripciones de otras personas con percepciones similares.
Más allá de la común sinestesia grafema-color, en la que las letras o los números evocan colores específicos, existen formas más complejas como la sinestesia auditivo-táctil, que traduce los sonidos en sensaciones físicas, o la sinestesia léxico-gustativa, que asocia palabras con sabores.
