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Mat Ishbia, el propietario que juega bajo sus propias reglas – MUNDO DEPORTIVO


Cuando un nuevo propietario se hace con el control de una franquicia de la NBA, las cosas en esa organización suelen cambiar muy rápidamente. Es lógico: uno no se gasta miles de millones de dólares para después no jugar con su juguete nuevo.

Por eso es habitual ver a estas franquicias haciendo traspasos de una manera casi inmediata. Repasando la historia reciente nos encontramos con cómo los Utah Jazz y los Minnesota Timberwolves, ambos con nuevas gerencias, se involucraron hace un par de años en el traspaso de Rudy Gobert, traspasando también los Jazz a Donovan Mitchell a Cleveland. Y el caso más reciente es el de los Phoenix Suns, quienes se hicieron con Kevin Durant por medio de un traspaso tan solo horas después de estrenar nuevo propietario.

Ese nuevo gobernador (nomenclatura oficial de la NBA, que quiere alejarse de “propietario” por sus connotaciones negativas) es Mat Ishbia, y con él la NBA ha añadido a una figura que siempre hace falta cuando las tendencias tienden a estancarse: alguien decidido a llevar la contraria y nadar en contra de la corriente.


Kevin Durant conversa con Mat Ishbia antes de un partido de los Suns

Jeff Chiu / LaPresse

La rivalidad de las hipotecas llega a la NBA

Los hermanos Mat y Justin Ishbia llegaron hace casi un año a un acuerdo para adquirir una parte mayoritaria de los Phoenix Suns, después de que ESPN destapase los trapos sucios del dueño anterior, Robert Sarver. Mat es la cara visible y el gobernador principal, el más joven de la NBA a sus 43 años, lugar que hasta ahora ocupaba Robert Pera, quien tiene 45 años (y compró los Memphis Grizzlies con 34).

Rápidamente los medios estadounidenses señalaron el pasado de Mat Ishbia en el equipo de baloncesto de Michigan State University, donde ganó un campeonato con Tom Izzo como entrenador en el año 2000 y llegaron a tres finales consecutivas. A alguno se le olvidó señalar que su papel fue testimonial, era un walk-on (jugador sin beca) en el equipo y no llegó a disputar 50 minutos en su carrera universitaria. Pero la conexión está ahí y lleva incluso a algunos como Brian Windhorst a empezar a especular si va a hacer que se favorezca la llegada de jugadores de Michigan State a los Suns (como, por ejemplo, Draymond Green).

Después de terminar la carrera, Mat empezó a trabajar en la compañía de su padre, United Wholesale Mortgage, dedicada a dar préstamos hipotecarios (una “suscriptora de hipotecas”, si queréis lenguaje más técnico). Ah, la típica historia de niño de papá que hereda la compañía y la fortuna. Bueno, a medias. Es verdad que heredó la empresa y la estructura, y que es parte de una “familia bien”. También es verdad que en el momento en el que él entró en la empresa apenas sobrepasaban la decena de trabajadores, y desde ese punto el crecimiento de la misma fue exponencial, superando los 8.000 trabajadores y convirtiéndose en el líder de su sector en Estados Unidos.

No es que Mat heredara directamente una empresa mega exitosa, sino que contribuyó a su crecimiento. Su hermano Justin tiene un 22% de la compañía y también es propietario de un fondo de inversión de Chicago. El apellido llevaba ya un tiempo sonando por el interés de ambos en hacerse con alguna franquicia profesional, y se les había relacionado por ejemplo con los Denver Broncos de la NFL.

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Mat Ishbia y James Jones, durante la presentación de Kevin Durant

Matt York / LaPresse

Dicen las malas lenguas que Mat Ishbia y Dan Gilbert, propietario actual de los Cleveland Cavaliers, se llevan a matar. Bueno, y no solo las malas lenguas: ellos mismos también lo admiten. Ambos crecieron en el mismo lugar, en el área de Detroit. Fueron a la misma universidad, Michigan State. Allí compiten por ver quién hace la donación más importante al departamento de deportes. Y también son enemigos en sus empresas. Gilbert es el propietario de Rocket Mortgage, la principal competidora de United Wholesale Mortgage. Aquí la guerra ha llegado hasta el punto de faltarse personalmente cuando durante la pandemia Gilbert despidió a 2.000 de sus trabajadores.

Cuando los Ishbia fueron aprobados como nuevos gobernadores de los Phoenix Suns a principios del año, la votación de la Junta de Gobernadores (el resto de los propietarios de franquicias de la NBA) fue de 29 votos a favor, 0 votos en contra, y una abstención. Podéis imaginar de quién fue esa abstención. Ahora mismo los Cavaliers los maneja en su día a día el hijo de Gilbert, pero habrá que tener esta relación tan especial en mente, por si acaso.

Una estrategia a contracorriente

Cuando se anunció el nuevo convenio colectivo entre la NBA y sus jugadores, rápidamente quedó claro que se había hecho hincapié en el control de los salarios de los equipos que más pagan de la liga, y en reducir las herramientas que esos equipos tienen y tendrán en el futuro para seguir añadiendo salarios y mejorando sus equipos.

Con esas medidas, como la inclusión de una línea roja llamada second apron a partir de la cual los equipos pierden prácticamente cualquier tipo de flexibilidad a la hora de hacer traspasos o firmar agentes libres, se daba por hecho que muchas de estas franquicias, como Los Angeles Clippers, los Milwaukee Bucks, los Golden State Warriors o los propios Suns, no iban a tener más remedio que empezar a controlar sus gastos.

Pero los de Ishbia respondieron con una estrategia totalmente contraria a esa. Ya que las normas más estrictas no empezarán a tener vigencia hasta la temporada 2024-25, los Suns, con su gobernador y su general manager, James Jones, a la cabeza, decidieron hacer un órdago al corto plazo. Cargarse al máximo ya mismo de salarios y de jugadores estrella, y ya veremos en el futuro cómo podemos mantenerlo.

Por ello fueron a por Bradley Beal por medio de un traspaso, justo antes de la temporada movieron a DeAndre Ayton para intentar ganar profundidad en la rotación (y porque esa relación llevaba rota ya un tiempo), y se convirtieron en lo que algunos creen que puede convertirse en el modelo de franquicia ganadora del futuro a medio plazo de la NBA. Un equipo con tres estrellas con salarios de estrella, apenas un par de jugadores de salario medio, y una gran cantidad de jugadores de salarios mínimos entre veteranos y jóvenes.

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Bradley Beal, Kevin Durant y Devin Booker, el reluciente ‘big-three’ de los Suns

Matt York / LaPresse

Esa estrategia no solo puede tener un coste deportivo en el futuro, también tiene un alto coste económico en el presente. Algo que no parece importar a Ishbia, quien tiene previsto superar los 50 millones de dólares en pago de impuesto de lujo esta temporada, solo por detrás de las facturas de los Warriors, Clippers y Bucks. Esto supone pasar de la noche al día para los Suns y sus fans, acostumbrados a la tacañería de Robert Sarver. Simplemente el traspaso de Durant ya le costó 40 millones de dólares extra a Ishbia.

“Nadie va a recordar cuánto dinero hemos perdido o cuánto dinero hemos ganado. Lo que van a recordar son los campeonatos que has ganado”, le decía Mat Ishbia recientemente a Sports Illustrated. “Eso es lo que le preocupa a la gente. No me preocupa el dinero, este suele seguir al éxito, no al contrario. Vamos a intentar ganar, a intentar tener éxito, a hacer lo mejor para los fans, el dinero llegará después”.

Seguro que a muchos fans les gustaría escuchar las mismas palabras del propietario de su franquicia, pero Ishbia no ha sido ni mucho menos el primero que ha llegado a la liga con esa filosofía, y muchos de ellos fracasaron por el camino. Steve Ballmer se ha gastado cantidades ingentes en los Clippers, tanto en su plantilla como en la construcción de su nuevo estadio. Cuando Mikhail Prokhorov compró los Nets y los mudó a Brooklyn y a su nuevo estadio también pagó mucho dinero bajo la premisa de que solo le importaba ganar, rompiendo el récord de impuesto de lujo que había hasta el momento en 2013. El ruso no estuvo ni cerca de rozar el anillo. El gasto ayuda, pero no garantiza.

La gestión económica y de construcción de plantilla no es el único punto en el que los Suns parecen ir en contra o, como mínimo, indiferentes a las políticas de la NBA. En las últimas semanas se ha dado mucho bombo a las nuevas normas de la liga con respecto al load management, los descansos de los jugadores y la gestión de los partidos que juegan estos, con una mayor presión para que jueguen las estrellas. Sin embargo, en la primera semana de competición ya hemos visto a Bradley Beal y Devin Booker perderse la mayor parte de los partidos, en teoría para recuperarse de varias molestias, pero con el trasfondo del load management latente.

Con su estrategia o con su órdago, como se prefiera llamarlo, los Phoenix Suns puede que hayan logrado uno, dos o tres años asegurados de lucha por el anillo como mínimo, quizás a cambio de haber hipotecado su futuro. Por suerte para ellos, tienen al mando a alguien que de hipotecas debe saber bastante.

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Rohit Palit

Periodista deportivo y graduado en Ciencias de la Comunicación de Madrid. Cinco años de experiencia cubriendo fútbol tanto a nivel internacional como local. Más de tres años escribiendo sobre la NFL. Escritor en marcahora.xyz desde 2023.

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