Música

Blues en la encrucijada. Alaistair Greene, consiguiendo liderar una banda – Ruta 66


Muchos son los que aseguran que el blues está muerto. Pues desde aquí vamos a demostrar que no. Que está más vivo que nunca, y no solo eso, sino que ha sufrido múltiples mutaciones. Y que blues hay hasta debajo de las piedras. Blues bastardo, quizá. Pero a fin de cuentas, blues.

“Creo que he hecho la transición de acompañante a líder de banda a tiempo completo”. Así se manifiesta Alastair Greene en la revista Blues Music. Y es que este tipo nacido en Santa Barbara (California) en abril de 1971 ha sido miembro de bandas como Alans Parsons Project o el grupo de Sugaray Rayford. Aunque también ha compartido escenario en diferentes certámenes de blues con Eric Burdon, Walter Trout, Coco Montoya o John Németh. Y como cualquier músico que se precie, tuvo su catarsis emocional para acabar dedicándose a las seis cuerdas, en su caso. La suya tiene como protagonista a un amigo de su padre, que le dejó de una tacada, Live At The Regal de B.B. King, A Man And The Blues de Buddy Guy, Second Winter de Johnny Winter, At Fillmore East de The Allman Brothers Band y Couldn’t Stand The Weather de Stevie Ray Vaughan. Sobre ellos construyó su sonido y, por qué no decirlo, su carrera. Esta se inicia en 2001 con A Little Wiser, en cuanto a sus discos en solitario, y ahora llega con este Standing Out Loud tan solo a su quinto disco en estudio (omitiendo en la suma sus álbumes como Alaistar Greene Band).

 

Es evidente, con las referencias ya apuntadas, que el álbum se ubica entre el blues rock y el southern rock, con más del primero que del segundo. Buscando, sobre todo, la naturalidad, el disco se grabó en enero de este mismo 2024 en Nashville, coproducido por JD Simo, y de manera fulgurante. Y ya está en las tiendas. Con una formación que bebe del power trio clásico completado por la batería de Adam Abrashoff y el bajo de Todd Bolden, la pasión por la electricidad es evidente.

 

Dice Greene que para grabar el álbum profundizó en los discos de los Rolling Stones y de ZZ Top, y percibimos sobre todo la segunda afirmación. Treinta y ocho minutos y cuarenta segundos de blues rock con ínfulas de boogie y tintes sureños. Uno se queda con el fantasma de Hendrix, que se aparece en «Rusty Dagger», pero hacerlo con «You Can’t Fool Me», «Only Do», la Stevie Ray «Am I To Blame» o «Temptation» tampoco es tener mal gusto. A priori puede parecerlo, pero no es un corre mástiles sin sentido de esos que tanto abundan, sino un músico con buen gusto y muchas ganas de hacer ruido. Un doble cartel con Troy Redfern le iría que ni pintado.

 

Eduardo Izquierdo



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Marc Valldeperez

Soy el administrador de marcahora.xyz y también un redactor deportivo. Apasionado por el deporte y su historia. Fanático de todas las disciplinas, especialmente el fútbol, el boxeo y las MMA. Encargado de escribir previas de muchos deportes, como boxeo, fútbol, NBA, deportes de motor y otros.

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