El bestial entrenamiento de Taylor Swift para preparar la gira que aterriza en Madrid – Telva

Cantar 40 canciones seguidas durante más de 3 horas de espectáculo requiere una preparación física intensa. Después de ocho meses de gira por el continente americano, con 66 conciertos en los que siempre colgó el cartel de no hay entradas, Taylor Swift decidió trasladar su espectacular gira Eras Tour al resto del mundo. Ahora, Europa, después de Asia, tiene el placer de conocer la bestialidad de esta mujer sobre el escenario. Un auténtico portento físico además de artístico.

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Este 2024, en agenda, 85 conciertos más con esa extraordinaria duración y despliegue, porque el asunto no es sólo el tiempo que está dándolo todo sobre el escenario, sino la forma en que lo hace. Después de hablar con su amiga Emma Stone sobre el proyecto que tenía pensado para Eras Tour, la protagonista de La la land le aconsejó a Taylor Swift que se pusiera en contacto con la coreógrafa Mandy Moore. Y lo hizo, porque buscaba que su espectáculo rezumara tintes de Broadway a la espera de lograr una relación más amable con el baile.

Más de 3 horas sobre el escenario, cantando y bailando, subida a los tacones, requieren, a todas luces, un entrenamiento brutal. La propia Taylor Swift lo confesó así a la revista Time. “Sabía que esta gira era mucho más difícil que cualquier cosa que hubiera hecho antes“, dijo. “Por primera vez, me preparé físicamente de la manera adecuada”.

El impresionante entrenamiento de Taylor Swift

Seis meses antes de que se encendieran las luces del primer estadio donde arrancaba la gira Eras Tour, Taylor Swift se puso a correr. Cada día, se subía a la cinta de correr y se ponía a cantar la playlist prevista al completo adecuando los ritmos al compás de las canciones. “Rápido para canciones rápidas y trote o caminata rápida para canciones lentas”, confesó. Y no fue lo único que hizo en cuanto a ejercicio.

A las carreras diarias añadió rutinas de fuerza y acondicionamiento con pesas de la mano de Kirk Myers, popular entrenador entre los famosos. Él ya avisó hace meses de la intensidad y la implicación de la cantante con la preparación física del espectáculo a través de los medios. Aseguraba que la cantante seguía trabajando en el gimnasio incluso los días de descanso, porque su único objetivo era ofrecer el mayor espectáculo posible a sus fans. “Tuvieron que trabajar muy duro para conseguir las entradas”, dijo la cantante a la revista Time. “Quería hacer un espectáculo que fuera más largo de lo que jamás pensaron, porque eso me hace sentir bien al salir del estadio”.

Ejercicios de resistencia, fuerza, equilibro y estabilidad le ayudaron a prepararse para los 3 meses de exigentes ensayos para aprenderse las coreografías. “No soy muy buena en eso”, confesó la estrella. Aunque con el tiempo ha conseguido dominar el arte del movimiento sobre el escenario sin perder el hilo en los 195 minutos que dura su concierto. “Quería meterlo en mis huesos. Quería ensayar tanto que pudiera hacer el tonto con los fans y no perder el hilo”.

La bestialidad de Taylor Swift

A la práctica de ejercicio regular se añade un riguroso cuidado de su nutrición, incluyendo no tomar nada de alcohol en toda la gira. Durante la primera parte de Eras Tour por América, sólo hizo una excepción en la fiesta de los Grammy. “Sé que no voy a beber durante la gira. Sé que estoy haciendo ejercicio entre espectáculos. Sé que estoy manteniendo mi fuerza y resistencia. Sé que subiré a ese escenario ya sea que esté enferma, herida, desconsolada, incómoda o estresada”, dijo a Time. “Eso es ahora parte de mi identidad como ser humano. Si alguien compra una entrada para mi espectáculo, lo llevaré a cabo a menos que tengamos algún tipo de fuerza mayor”.

Las declaraciones de su entrenador, Kirk Myers, lo dicen todo: “Aunque la rutina de Taylor es muy dura, algunas personas probablemente vomitarían o tendrían que recostarse en el suelo si entrenaran como ella”, confesó a Vogue. Y es que Taylor Swift es una mujer disciplinada en muchos sentidos y eso se nota cuando lo da todo en cada concierto. “Apenas puedo hablar porque he estado cantando durante tres shows seguidos. Cada vez que doy un paso, mis pies crujen por bailar con tacones. Pero es lo más realizada que me he sentido jamás”. Lo dicho, una bestia.