Esta es la temporada más larga de la historia en la F1, pues tras ocho rondas aun restan 16 más, una temporada casi completa de hace 20 años, cuando Alonso ganaba los títulos. Sin embargo, con una igualdad como la que hay por detrás de Max Verstappen y quizá en breve, también en su caso, perderse una o hacer un cero supone un gran lastre que se va arrastrando.
Tras su cuarto podio en ocho citas, en su caso sólo siete por el ataque de apendicitis, Carlos Sainz echa ahora de menos aquellos puntos de Jeddah, cuando tuvo que ver desde el box la carrera de Olli Bearman en su coche recién operado. Era su mejor momento, cuando tenía el SF-24 por la mano y Leclerc no se le acercaba en la calificación y mucho menos en la carrera.
No es difícil que hubiera hecho un segundo o un tercero, con lo que estaría unos 12 puntos de Charles, con lo que sus perspectivas serían otras. Sainz es cuarto ya en el Mundial, a sólo 5 puntos de Lando Norris y a 30 de su compañero de Ferrari, habiendo superado a Checo Pérez tras su cero en Mónaco, pero de momento no se ve como uno de los aspirantes al Mundial, cuando se acerque el cierre el Abu Dhabi.
“Tendría que haber una caída muy grande de forma de Red Bull. De otra forma, el problema que tenemos es la distancia de puntos que ya han cogido y luego hay que recordar que voy a hacer un año de 23 carreras y los demás de 24. Al nivel en el que que estamos respecto a Verstappen, Norris, Leclerc, Sainz, Piastri, Hamilton o Russell en pista, perderte una carrera contra ellos, quieras o no, pues lo acabas notando”, le contestaba a MARCA tras bajarse del podio en Mónaco.
Algo se le escapa en el coche desde Imola
Y él además, sus preocupaciones son otras. En las últimas dos carreras, desde la llegada de las mejoras en Imola, hay algo que se le escapa en cuanto al reglaje de su coche. No se ha sentido a gusto en ninguno de los dos circuitos, que a principio de temporada le hubieran ido como anillo al dedo en cuanto a sus preferencias y cualidades como piloto. Sin embargo, pasó un viernes de adaptación en Mónaco terrible, “el peor en mis 10 grandes premios aquí”, reconocía. Le cambiaron los reglajes más de 10 veces y con ninguno conseguía acercarse a los tiempos a una vuelta de Charles. Y luego, en calificación, necesitó una aproximación distinta con una vuelta extra (dos) para hacer entrar en temperatura los neumáticos blandos, mientras Leclerc podía extraer el máximo en la primera vuelta limpia, tras la de instalación.
“Una pena porque obviamente este fin de semana había coche para intentar ganar Mónaco, pero ha sido, de los 10 Mónaco que he hecho, quizás el más difícil que he tenido, sobre todo en ritmo de clasificación. Iba muy rápido, pero sí, me han faltado un par de décimas en clasificación y sabemos lo importante que es en este fin de semana”, reconocía.
Llegarán más victorias
Carlos niega que se trate de las mejoras, que han hecho girar el coche hacia el estilo de pilotaje de su compañero. Lo dice taxativamente y no es de los que miente en este tipo de cuestiones. Es algo más, algo con lo que no ha dado y que puede llegar en cualquier momento, por lo que con 16 carreras por delante, se puede soñar en su caso con victorias en muchos otros circuitos.
“Creo que sí, en este tipo de circuitos tendremos nuestras oportunidades. Lo más importante es que cuando las oportunidades se presentan el equipo reacciona bien y hoy no hemos fallado tampoco. Y luego sí, yo creo que llegaremos a circuitos donde Red Bull sigan siendo favoritos, pero lo importante es que si ves al sábado la clasificación, a la mínima que Red Bull ya no domina, parece un equipo más normal donde cometen errores, tanto en la Q1 con Checo, o en la Q3 con Max, así que hay que estar ahí más a menudo”, dice como declaración de intenciones para lo que viene este verano, que parece verdaderamente interesante.
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