Madrid acoge la cita decisiva de las Sevens Series de rugby: “Queremos que sea un festival” – El Mundo

Los All Blacks en un partido de entrenamiento de puertas abiertas, los Leones españoles firmando balones a pequeños jugadores, los capitanes de las 32 mejores selecciones del mundo ante el Palacio Real. Son experiencias que estos días han disfrutado los muy aficionados al rugby y que este fin de semana se abren al público. En el estadio Cívitas Metropolitano se celebra hasta el domingo la gran final de las HSBC Sevens Series. Pero la competición más prestigiosa del rugby a siete internacional llega con incentivos más allá del deporte: promete espectáculo y fiesta.

“No queremos ser sólo rugby, queremos que sea un festival, acercarnos más a Mad Cool o Coachella, salvando las distancias”, asegura Paula Hernández, que por parte de la Federación Internacional coordina este torneo de tres días en Madrid. El viernes y el sábado arranca a las doce del mediodía y el domingo, a las diez de la mañana. Mientras se suceden hasta última hora de la tarde los partidos -siete jugadores contra siete en dos tiempos de siete minutos-, los aficionados pueden salir a tomar algo, a bailar con los djs y regresar sin coste adicional para animar a su selección favorita.

La intención es que la fan zone se viva como una diversión continua en paralelo a los encuentros. 25 camiones de arena han plantado allí el campo donde se disputará el sábado, al sol de Madrid, un torneo de rugby playa. El domingo habrá rugby cinta, la modalidad sin contacto que niños y niñas juegan juntos. El festival exterior incluye, además de puestos de comida de diferentes procedencias, un beach club con tumbonas, música y piscina. “El perímetro estará siempre abierto para que todo el mundo pueda conocernos, comprar una entrada y pasar al interior”, subraya Paula Hernández. Con precios a partir de 10 euros, hasta el miércoles se habían vendido unas 40.000 para las tres jornadas.

Un centenar de profesionales especializados en eventos a gran escala llevan trabajando desde enero para esta cita en Madrid, la única sede europea en la temporada que concluye. “Es una ciudad que nos lo daba todo: buenas infraestructuras, buena logística…”, afirma la directora de esta serie. A eso se añade las opinión favorable de los equipos sobre España, un país que conocieron cuando en 2022 el campeonato hizo escala en Sevilla y Málaga porque las medidas contra la pandemia imposibilitaban las series programadas en Australia y Nueva Zelanda.

La apuesta por esta competición comenzó en la legislatura anterior, cuando la entonces delegada de Deporte del Ayuntamiento, Sofía Miranda, acompañó a los dirigentes de la Federación Española de Rugby para presentar un proyecto ante la Federación Internacional. La implicación de las tres partes y del Atlético de Madrid ha sumado esta oferta al calendario de acontecimientos deportivos de la capital. “Queremos que sea una sede permanente”, afirma Paula Hernández, aun consciente de que la decisión se adoptará tras evaluar la primera edición.

El desafío de recibir durante casi una semana a 32 selecciones -16 masculinas y 16 femeninas- no se reduce al alojamiento. Incluye campos de entrenamiento, gimnasios, actividades paralelas. El propio Cívitas Metropolitano ha tenido que adaptarse. Si los palos de rugby y las líneas son los cambios más evidentes sobre el césped, en el interior se han multiplicado los vestuarios y las salas de recuperación con camillas y hielo.

Una serie de rugby a siete consta de tres días en los que casi todo está cronometrado, nada se detiene. En el aspecto deportivo, por la espectacularidad del juego que, partiendo de la fuerza y resistencia del rugby tradicional, incentiva la circulación del balón y la velocidad de los jugadores. En la parte lúdica porque incluye actuaciones. En el interior del estadio el dj Luc Loren pinchará el sábado su música y el domingo actuarán Ptazeta y Chanel. Como en otras sedes, se invita a que los espectadores acudan disfrazados. “La gente joven prefiere el seven porque es más dinámico y ahora apostamos por cosas rápidas”, señala Paula Hernández para explicar el interés de la Federación Internacional en esta modalidad olímpica como gancho para atraer nuevos aficionados.

El torneo de Madrid representa además un aliciente para los internacionales españoles que, tras recorrer otras grandes capitales (Dubai, Ciudad del Cabo, Los Ángeles), juegan por fin en casa. “Lo definiría como especial”, expresa Pol Pla, que ha anotado con los Leones casi un centenar de ensayos. “Te pone un puntito de presión, pero me hace muchísima ilusión”, ratifica la madrileña Olivia Fresneda. Tanto la selección española masculina como la femenina disputarán el domingo sus partidos decisivos por la permanencia. A continuación, las finales. Entre los favoritos al título masculino figura Argentina. “Espero que muchos argentinos vengan a alentarnos”, reclama Rodrigo Isgró, mejor jugador de la temporada pasada.

El hecho de que el rugby no sea un deporte muy popular en España no desanima a los organizadores. Como ocurre en otras series a lo largo de la temporada, el estadio puede quedarse bastante grande. “Nunca lo vas a ver como en un partido del Atlético, la gente entra, sale, nuestro objetivo no es numérico”, señala Paula Hernández. “Es simplemente que la ciudad y el mundo nos conozcan, que la gente se lo pase bien y sobre todo que quiera repetir el año que viene”, concluye.