sábado 01 de junio de 2024
Uno de los puntos destacados es el cortometraje animado Maurice’s Bar (2023), dirigido por Tzor Edery y Tom Prezman. Esta obra conmovedora rescata del olvido al segundo bar gay en la historia de Francia, desentrañando su trágico destino bajo la ocupación nazi. El corto se erige como un homenaje a este significativo espacio, mostrando cómo los bares han sido históricamente lugares de santuario para la comunidad queer.
Similarmente, Casa Roshell (2017), de Camila José Donoso, nos lleva al corazón de un refugio transgénero, destacando la importancia de estos espacios como bastiones de revolución y fantasía. En contraste, los clubes nocturnos irradian una energía distinta, tal como se observa en el electrizante documental de Jennie Livingston, Paris Is Burning (1990). Este hito del cine queer captura el glamour de la escena de los salones de baile en la Nueva York de los años 80, desvelando sus reglas, tradiciones y luchas internas.
Igualmente vibrante es Shakedown (2018), de Leilah Weinraub, que ofrece una crónica auténtica y sin adornos de las noches en los clubes nudistas lésbicos de Los Ángeles en la década de 2000. Ambas películas profundizan en los lazos íntimos y de familia que florecen dentro de la comunidad queer negra, cuyas historias han sido tristemente subrepresentadas en el cine.
Querelle (1982) es la última película de Fassbinder, una interpretación en inglés de Jean Genet protagonizada por Jeanne Moreau en un elenco exclusivamente masculino. Evocar el mundo del cruising, la tensión sexual homoerótica y su estética impactante, la convierten en un clásico de culto LGBTIQ+.
El ciclo también explora el intrigante acto del ligue callejero, que carga simultáneamente con la promesa del placer y el riesgo de ser descubierto. En lugares al aire libre como playas y parques, o en los baños públicos, estos encuentros aparecen prominentemente en obras como Detrás de la Ciudad Prohibida (1996) de Zhang Yuan y Boléro (2023) de Nans Laborde-Jourdàa. Ungentle (2022), dirigido por Onyeka Igwe y Huw Lemmey, examina de manera reflexiva la evasión de la vigilancia y el castigo, destacando la conexión inesperada entre el ligue callejero y el espionaje.
“Un Lugar Propio: Espacios Queer en el Cine” incluye The Last Year of Darkness (2023) de Benjamin Mullinkosson, que en sintonía con la energía de la vida nocturna en la capital de Sichuan, palpita al ritmo de la música electrónica. Este documental es una carta de amor a los carismáticos inconformistas de la ciudad y al club que ofrece un refugio queer en medio de un cambiante paisaje urbano, y Mujeres de Uniforme (1931), la obra antifascista de Leontine Sagan y pieza clave del cine lésbico, narra cómo un enamoramiento adolescente inicia una revolución.
Finalmente, Great Freedom (2021) de Sebastian Meise desentierra desgarradores capítulos de la historia queer en la Alemania de posguerra, utilizando el poder curativo de la intimidad que surge al desafiar la opresión. Incluso espacios tradicionalmente restrictivos como prisiones e internados se transforman en escenarios de pasiones homoeróticas que desafían los dogmas sistémicos.
Este ciclo de MUBI nos recuerda que los espacios queer son más que simples lugares: son vitales para la memoria colectiva y la historia de la comunidad queer.
Maurice’s Bar de Tzor Edery y Tom Prezman
The Last Year of Darkness de Benjamin Mullinkosson
Mujeres de Uniforme de Leontine Sagan, Carl Froelich
Detrás de la Ciudad Prohibida de Zhang Yuan
Shakedown de Leilah Weinraub
Great Freedom de Sebastian Meise
Casa Roshell de Camila José Donoso
Querelle (Un pacto con el diablo) de Rainer Werner Fassbinder
Paris Is Burning de Jennie Livingston
Bolero de Nans Laborde-Jourdàa
Ungentle de Huw Lemmey y Onyeka Igwe
