Entretenimiento

Los juegos, el secreto mejor guardado de Supervivientes: “Todo está pensado por algo”


“Todo está pensando por algo”, es una frase que Rubén, ayudante de dirección de Supervivientes en Honduras repite una y otra vez cuando le preguntas por qué La noria infernal o los postes del juego que se verá esta noche están colocados en esa posición. Cuando te lo explica no solo entiendes la frase sino, sobre todo, por qué no para de decirla.

Uno de los secretos mejor guardados de Supervivientes es cómo, quién, cuánto y qué hay detrás de las decenas y decenas de juegos que se han visto en esta edición de Supervivientes, y los que todavía faltan. Pues ese secreto, aunque tiene muchos matices tiene una sola respuesta: trabajo, trabajo muy duro.

El equipo de Supervivientes, en el que trabajan más de 200 personas en Honduras de la productora, Cuarzo, además de muchos miembros locales, no deja nada al azar. Para ellos lo más importante es la seguridad, tanto que hace unos días, según han relatado a este periódico mientras rematan los últimos detalles de los juegos de esta noche, se tuvo que cambiar a horas de una de las galas el lugar elegido para los juegos porque uno de los postes que se anclan en el agua no llegaba a los dos metros de seguridad mínimos que garantizan la total seguridad.

“Ante todo y por encima de todo lo importante es la seguridad de los supervivientes, pero también del equipo que hace Supervivientes

“Faltaban 16 centímetros”, explica uno de los miembros del equipo, así que el jefe de taller y el ingeniero encargados de los juegos, que trabaja tanto en el Supervivientes español como en la versión italiana, Isola dei Famosi, dijo que no, que o había dos metros mínimos o ahí no se podía hacer. El equipo no lo dudó ni un segundo, pese a que mover el juego suponía perder otra de las piezas más importantes, la luz. “Sí, supone más trabajo, pero nos quedamos mucho más tranquilos sabiendo que ante todo y por encima de todo lo importante es la seguridad”, explica el equipo y añade que “si pueden ser tres metros en lugar de dos, mejor”.

De hecho, la famosa Noria Infernal, la prueba por excelencia de Supervivientes, supone tal esfuerzo para poder moverla y es tan arriesgada que los postes se clavan efectivamente tres metros. Y no son dos o tres postes, “son todos lo que hagan falta para asegurar que una estructura tan inmensa y sometida a tal movimiento está perfectamente anclada”.

El jueves pasado, por ejemplo, la primera prueba de líder fue que los concursantes se tenían que agarrar a unas cuerdas suspendidas en el aire sujetas cada una a dos postes, en el momento que Kiko Jiménez empezó a balancearse de un lado a otro se le avisó a Laura Madrueño que se lo prohibiera. Quedaba muy gracioso y muy Kiko Jiménez, pero “la seguridad ante todo”.

El proceso para crear los juegos no es nada sencillo. Un mes antes de que se vaya a realizar el juego, el jefe de taller los presenta a la dirección y producción de Supervivientes en Honduras y una vez se da el O.K. se comienza a fabricar. En Supervivientes todo se aprovecha. Es decir, si hay unos postes, unas escaleras, una caja, una jaula o cualquier otra parte que ya se ha usado en juego no se tira ni se desecha, se espera a ver los diseños de las pruebas que presente el jefe de taller y todo lo que pueda valer se reutiliza.

Además existen dos talleres, uno situado en La Ceiba, donde se aloja todo el equipo que trabaja en Honduras y en el que se crean las partes de cada juego; y otro, en Cayo Menor. En el primero de ellos se fabrican las partes que se trasladan una vez terminadas en la barca más grande que tiene el equipo hasta Cayo Menor. Una vez llegan es como los Playmobil se van uniendo hasta que forman la estructura. Un día antes de que vaya a ser la gala en la que se va a realizar dicho juego se dan los últimos detalles: pintura, que no quede ninguna pieza desencajada, las últimas partes y se monta en el lugar más seguro.

Durante esa mañana un equipo de al menos una veintena de personas trabajan desde que amanece (y en Honduras a las 05.30 de la mañana ya es de días y hasta que se termina). Si hay que currar cuando el sol más aprieta se busca una sombra y a trabajar. Hasta que no se termina todo nadie se mueve y si queda algo por hacer será el siguiente turno quien lo termine.

De hecho, el equipo de Supervivientes se divide en dos turnos, que trabajan 12 horas con sus respectivas horas de descanso y comida y cena, pero nunca deja nadie de trabajar, de día y de noche. El día de una gala, que es cuando más trabajo hay de todo el equipo de Cuarzo se consumen hasta 1.000 botellas de agua. No falta ni el agua, ni las cabañas de descanso, ni sombras donde poder trabajar, ni toda la equipación necesaria para que nadie corra ningún peligro. No es solo la seguridad de los supervivientes, “es la seguridad de todos”.

Se pinta, se ancla, se clava, se mira hacia el sol y se busca la mejor luz. Esta edición, la playa donde se realizan los juegos es una playa no solo paradisiaca sino también muy buena para la luz siempre y cuando la seguridad lo permita. “Los juegos siempre tienen que estar de espaldas a poniente y los cámaras siempre de espaldas al ocaso. Hay dos razones, la primera que en Honduras anochece muy pronto (a las 17.30 empieza a anochecer); y, segundo, que Cuarzo busca siempre la mejor luz para que “los espectadores desde casa no se pierdan ni un solo detalle”.

Una vez los juegos están montados se hace las pruebas de cámara para ver dónde colocarlas exactamente para que todo se pueda ver. El día que llega la gala en directo, todo está perfectamente medida, pues no puede haber nada que se haya dejado al destino. Todo tiene que estar medido, controlado, probado y asegurado.

No es solo lo que supone conectar en directo y sin prácticamente ningún segundo de retardo, sino que todo tiene que funcionar como el engranaje de un reloj suizo. Los juegos son uno de los engranajes clave. Sin ellos, Supervivientes no sería Supervivientes, y más en una edición donde han sido auténticas lucha de titanes, tanto por la competitividad de los concursantes como las cabezas pensantes que quieren ir un paso más allá como los que se dejan la piel para que esos juegos sean tan espectaculares como seguros.

Pero el compromiso de Cuarzo y de Supervivientes no termina ahí. ¿Qué ocurre cuando termina el reality? ¿Qué se hace con todas esas piezas, con toda esa manera? La productora no la tira, ni se deja en Cayo Menor, entrega toda la madera a los garífunas, la etnia local que vive en Cayos Cochinos. “Para ellos es oro, pues con esa madera pueden construir infraestructuras que necesitan”, señala el equipo. El secreto de los juegos de Supervivientes no es más ni menos que seguridad, espectáculo, trabajo y sostenibilidad.





Source link

Antea Morbioli

Hola soy Antea Morbioli Periodista con 2 años de experiencia en diferentes medios. Ha cubierto noticias de entretenimiento, películas, programas de televisión, celebridades, deportes, así como todo tipo de eventos culturales para MarcaHora.xyz desde 2023.

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button