Francia, en hombres, y Australia, en mujeres, se proclaman en Madrid campeones de las Series Mundiales de rugby a siete – El Mundo

Francia reina por primera vez en las Series Mundiales de rugby a siete. El conjunto galo levanta el título tras imponerse en la serie final de Madrid a Argentina. Lanza, además, su candidatura al oro en los Juegos de París. La victoria de su selección masculina se completa con la plata obtenida por la femenina.

Del rugby suele decirse, y con razón, que es el deporte más colectivo. Pero un buen conocedor del rugby a siete comentaba antes del torneo que Antoine Dupont, estrella hasta ahora de la selección francesa de quince e incorporado hace meses a la de siete, ha convertido un muy buen conjunto en un equipo campeón. Apenas ha disputado un par de torneos, sólo suele entrar en la segunda parte y, sin embargo, los focos que él atrae son focos que alumbran a todo este deporte.

Argentina llegaba enchufada, muy fina, a la finalísima de Madrid. Anotó el primer ensayo, evitó por un milímetro encajar la respuesta y en una jugada que parecía intrascendente empezó a labrar su derrota. Con el tiempo de la primera mitad casi agotado, los Pumas convirtieron su posesión en una patada rasa para hacer recular a Francia hasta su línea de marca. Con el agua el cuello, los galos optaron por jugar. Contra pronóstico, encontraron el hueco, el pase, la carrera, la remontada (5-7).

La segunda parte, ya con Dupont sobre el césped, fue francesa. Una tarjeta amarilla por avant voluntario dejó a Argentina en una inferioridad que le pasó factura. Francia presionaba y presionaba; si no tenía el balón, achuchaba en defensa. Posaba dos marcas más (5-19) para ganar las Series Mundiales con el feo epílogo de una tarjeta roja a un jugador argentino. Probablemente había cuentas pendientes del encuentro del día anterior.

Australia, con un rugby a quince que no pasa por sus mejores momentos, también ha encontrado en Madrid un motivo para el optimismo. Su selección femenina se ha proclamado campeona de las Series Mundiales por cuarta vez gracias a un domingo redondo.

Por la mañana eliminó en semifinales, con una difícil conversión con el tiempo cumplido, a Nueva Zelanda. Por la tarde, en la final contra Francia, ha vuelto a brillar abriendo huecos para lanzar carreras imparables. Aunque el conjunto francés llegó a igualar (7-7) cuando su ataque parecía más atascado, en la segunda mitad se ha visto desarbolado por el rugby de movimiento australiano.

España, otro año para seguir progresando

Las selecciones españolas de rugby a siete han certificado asimismo su permanencia en las Series Mundiales. Lo han logrado muy arropadas por el público y con solvencia. Un resultado que consolida su presencia entre los países emergentes.

Aunque el hecho de que sólo sean doce los participantes en las Series Mundiales no da a los países en desarrollo muchas posibilidades de ganar partidos, los Leones de seven han sido cada vez más competitivos a medida que avanzaba la temporada. En Madrid han dejado patentes sus méritos para seguir entre los mejores. Las victorias de viernes y sábado contra Chile, Kenia y Samoa ya generaron confianza y en la tarde de este domingo – en el partido a cara o cruz- contra Canadá la selección masculina ha mostrado seguridad.

El siete de Paco Hernández ha tomado con rapidez el mando y no ha tardado en abrir el marcador gracias al ensayo, el culebreo en un palmo, de Juan Ramos (0-5). El equipo español dominaba el territorio, movía el balón de lado a lado y ampliaba la ventaja (7-17 al descanso). Un ensayo canadiense y una inferioridad numérica han obligado a los Leones a defender. También en ese aspecto han exhibido solidez. Al final, 14-22, con cuatro ensayos españoles (Moreno, Manteca y dos de Ramos).

Antes, a mediodía, era la selección femenina la que conseguía la permanencia en las Series Mundiales. El equipo mostró su mejor cara en el partido más complicado, un duelo en el alambre contra Sudáfrica. Aseguraba la víspera la entrenadora española, María Ribera, que la clave iba a estar en la posesión. Y así fue. Arrancó algo dubitativa España, con una oportunidad perdida y un ataque desperdiciado por un mal pase. Pero el control del balón les otorgó el del partido. Dos ensayos por las bandas daban ventaja (10-0) al descanso.

A partir de ahí, el ataque de las Leonas buscó el eje y los apoyos rápidos en el suelo para evitar las pérdidas del oval que otras veces han pagado muy caras. Los minutos afianzaron el triunfo, al final rotundo y muy convincente (22-0), de las españolas, con marcas de Stella, Requena (2) y Domínguez.

La permanencia recompensa una temporada muy complicada. Las españolas encajaron derrotas abultadas ante los grandes del circuito y concluyeron las siete series acumulativas en la última posición. Incluso en esta serie en Madrid, con rivales de un nivel más acorde al suyo, se habían mostrado muy irregulares, con dos derrotas en los días anteriores, ante China y Japón, y sólo un triunfo ante Polonia. Este domingo han cumplido su objetivo: seguir progresando en un entorno de máxima exigencia

Al margen de los resultados deportivos, Madrid se ha ganado este fin de semana un lugar entre las capitales del rugby. Con el estadio Cívitas Metropolitano que ha seducido a todos, con decenas de medios internacionales, con unos 25.000 asistentes a lo largo del sábado y otros tantos el domingo, un tercio de ellos llegados del extranjero. Y, en palabras de un dirigente de la Federación Internacional, con un “fantástico” ambiente festivo en las gradas y en la fan zone. Tras los Juegos Olímpicos se anunciarán las sedes de la próxima temporada. España ha estado a la altura en el campo y en la organización.