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La mujer de “confianza” de Laura Madrueño en Supervivientes: “Sin la conexión que tenemos sería imposible”


Cada jueves que hay gala de SupervivientesJorge Javier Vázquez se dirige a Laura Madrueño y le dice: “Mírala a ella con esos flecos” o “mírala a ella con ese rojo”. A Jorge Javier Vázquez le fascinan los vestuarios de Laura Madrueño en Honduras, tanto que no ha sido una, ni dos, ni tres veces las que le ha insistido en que le encantaría ponerse uno de ellos. Pero a Jorge Javier Vázquez no se le cumplirá su sueño, pues Susana Garcillán durante tres meses al año, que ahora serán unos pocos más, solo viste a Laura Madrueño.

Ella es la responsable de que la presentadora de Supervivientes en Honduras luzca en cada programa como una auténtica diosa Afrodita. Ella es la que se encarga de los complementos, de las faldas, de los pareos, de los volantes, de los cinturones, hasta de si el modelo requiere el pelo recogido o el pelo suelto. Ella es prácticamente la sombra de Laura Madrueño desde que empieza hasta que termina Supervivientes, la mujer en la que confía la Laura, pero también en la que ha vuelto a confiar Cuarzo para que la presentadora se sienta cómoda y a la vez fascine en cada programa.

Susana Garcillán es la diseñadora que ha vestido a Raquel Sánchez Silva, Lara Álvarez y desde el año pasado a Laura Madrueño. Con todas ha necesitado lo mismo: “Confianza y conexión”, sin estas dos cualidades su trabajo y el de Laura Madrueño serían imposibles.

Esta diseñadora trabaja casi se podría decir que de sol a sol. Un mes antes de que comience Supervivientes presenta a la Cuarzo, la productora del reality, los diseños que ha pensado para la temático que tendrá esa edición Supervivientes. Una vez la productora ha dado el O. K. busca debajo de las piedras todas las telas y utensilios que necesitará en Honduras para crear los estilismos que llevará Laura Madrueño. Confía en diseñadores de baño como Dolores Cortés, Red Point, Guillermina Baeza o Andrés Sardá para los bañadores o bikinis que lucirá la presentadora, pero el resto corre a cargo de ella y lo tendrá que preparar en Honduras.

Laura Madrueño puede lucir una parte de arriba de cualquiera de estos diseñadores, pero no puede aparecer en bikini o bañador y listo. Esto es televisión, esto es espectáculo y ella es Laura Madrueño y tiene que preservar y cuidar su imagen y de eso se encarga Susana.

Ella sabe lo que quiere Laura, es una conexión que o surge “o es imposible que el trabajo salga bien”. Ella ha tenido la suerte o, tal vez, es que ella sabe buscarla, de que siempre ha tenido esa conexión, con Laura Madrueño.

De hecho, es Susana la que pasa los últimos segundos de Laura Madrueño antes de entrar en directo en una gala, pero no es solo eso, es que a Susana ya no le hace falta casi ni que Laura Madrueño le diga nada porque con solo mirarla sabe lo que la presentadora quiere. En el primer año de Laura en Supervivientes, que fue el año pasado tras la marcha de Lara Álvarez, “había que ir un poco más pausado con eso de ponerle todo tipo de cosas”.

Desvela que Laura necesitaba “algo más sencillo, pues había que tener en cuenta que ella venía de presentar El Tiempo en los Informativos de Telecinco”. Sin embargo, una vez se conocieron, surgió la conexión y la confianza lo pausado ha pasado a otra vida: “Este año ya es locura”. Y cuando se refiere a locura quiere decir que Laura Madrueño confía tanto en ella que le da absoluta libertad. Eso para un creador es importantísimo; eso para quien lleva puesto lo de ese creador es la clave.

Cada diseño de Susana Garcillán es único. Si una vez hecho a alguien se le cae un café encima del vestuario no hay solución, o sí, la cabeza de Susana que lo que hará es añadirle algún complemento o mancharlo aún más para que no parezca una mancha sino la intención del diseño.

“Yo la pruebo dos o tres cosas por la mañana. Hoy por ejemplo estoy terminando de hacer unas cosas, pero ni siquiera va a ser para la próxima gala, pues depende del día que vaya a hacer mañana”, explica la diseñadora. Lo que está haciendo es un cinturón cubierto de conchas, de conchas que se trajo de España y que vienen de una paella que se comió y de la que se le ocurrió que tal vez de ahí podía sacar algo. Y ese algo lo llevará Laura Madrueño en cuanto el look entre en simbiosis con la luz, con los contenidos, con los ánimos.

“Si va a llover, si va a haber viento, va a hacer calor, pues todo eso influye a la hora de tener que vestirla. Pues con esta humedad que hay aquí, hay veces que muchas veces las cosas sobran. Con lo que hay que improvisar sobre la marcha“, explica.

En su taller hay cientos de perchas, un maniquí con las medidas de Laura Madrueño sobre el que va probando, mucha ropa de baño, muchos de los diseños que ha hecho, muchos de los que vendrán, muchos collares, cinturones, cubrepetacas, la cabeza de un maniquí para probar el mejor peinado, y, por supuesto su remachadora y sus botones, sus cuentas. “Con esto hago todo y me la traigo desde Madrid”, dice sonriente. A Susana lo de la sonrisa es algo intrínseco a ella.

“Siempre aquí es sobre la marcha, nunca tengo previsto antes qué la voy a poner, así que pruebo dos o tres cosas y vemos de esos tres que haya probado. El que más puede ir para ese día o me tengo que reinventar y a las 6 de la mañana venirme para ponerme a crear. Ningún día es igual“, asegura.

Ella es la que decide si un bikini necesita una falda o un pareo o algo más. Si hace falta un collar, una pulsera o un cinturón. O si para que Laura Madrueño se sienta cómoda hay que cubrirla más o menos. Y todo sale de ella. Pero sobre todo y ante todo que lo que Laura lleve no dé la sensación de que se la está disfrazando. “No hay que disfrazar nunca”, dice contundente.

“Aprovechamos todo. Aquí reciclar siempre”, asegura, pues para Susana Garcillán todo tiene una segunda, y una tercera, e incluso, una cuarta vida. “Normalmente suelo quedarme los diseños que le he hecho a Laura, luego ella incluso me pide quedarsse alguna cosa, pero casi siempre es para volver a reciclarlos”, explica.

“Es difícil lo que hago porque es un trozo de piel que no sé si me va a faltar alguna tira o no para cubrir la parte de atrás o la parte de adelante. Le voy cortando y normalmete sale“, afirma.

Confiesa que a Laura Madrueño con media hora antes que le haga la prueba, “le vale”. “O sea, no me exige absolutamente nada. De hecho, está encantada y eso te ayuda también a liberarte y que vuele la imaginación”, asegura. “También la miro mucho a ella. De lo que me está pidiendo con su cara. Cuando le estoy probando algo enseguida que veo que hay un gesto que me extrana, lo cambio“, añade.

Susana Garcillán siempre ha vestido a las presentadoras de Supervivientes, así que cuando le preguntas si vestiría a un presentador no duda en decirte que “por supuesto”. Eso sí, ella le dejaría a pecho descubierto y se encargaría de lo demás. “Me encantaría. Sería un cambio y una motivación”. Igual Jorge Javier Vázquez está de suerte.





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Antea Morbioli

Hola soy Antea Morbioli Periodista con 2 años de experiencia en diferentes medios. Ha cubierto noticias de entretenimiento, películas, programas de televisión, celebridades, deportes, así como todo tipo de eventos culturales para MarcaHora.xyz desde 2023.

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