Los equipos de la NFL se niegan a ofrecer a los running backs lucrativos contratos a largo plazo, lo que hace que los mejores jugadores de la posición se sientan enfadados e infravalorados. No es de extrañar que la liga haya llegado a este punto, teniendo en cuenta las tendencias recientes.
Los días de “tres yardas y una nube de polvo” han quedado atrás. La NFL se ha convertido en una liga en la que prima el pase, impulsada por el quarterback y construida en torno a ofensivas explosivas. Las reglas de la liga han cambiado en las últimas dos décadas para mejorar la anotación. Los quarterbacks tienen más protección. Los receptores tienen más libertad para recorrer el campo. Los jugadores defensivos tienen que preocuparse de ser sancionados por golpes ilegales. No pueden ir demasiado abajo. No pueden golpear el casco. No pueden sujetar. No pueden tirar de las camisetas. El resultado ha sido unos números ofensivos asombrosos para los quarterbacks, los receptores y los tight ends.
De esta manera, los running backs -a pesar de su valor general, versatilidad y responsabilidades- se están quedando atrás. Saquon Barkley, Josh Jacobs y Tony Pollard tienen que jugar la temporada 2023 bajo el salario de 10.1 millones de dólares impuesto por la etiqueta de franquicia tras no llegar a un acuerdo con sus equipos sobre contratos multianuales antes de la fecha límite del lunes. La indignación se ha desatado en las redes, donde los corredores se han mostrado disconformes con las decisiones tomadas revindicando la importancia de su posición y juego sobre el verde.
La estrella de los Tennessee Titans Derrick Henry escribió en Twitter: “En este punto, acaba de tomar la posición de RB fuera del juego entonces. Los que quieren ser grandes y trabajan tan duro como pueden para darlo todo a una organización, parece que ni siquiera importa. Estoy con todos los RB que luchan por conseguir lo que se merecen”. Austin Ekeler, corredor de Los Angeles Chargers, dijo: “Todos saben que es difícil ganar sin un RB top y sin embargo actúan como si fuéramos widgets descartables. Apoyo a cualquier RB que haga lo que sea necesario para conseguir su bolsa”.
Barkley vio cómo los New York Giants le daban al QB Daniel Jones un contrato de 160 millones de dólares y cuatro años tras una temporada en la que lanzó 15 pases de touchdown. Sin embargo, Barkley está ganando una fracción de ese total después de llevar a la ofensiva a los playoffs la temporada pasada. “Es lo que hay”, tuiteó Barkley mientras los jugadores expresaban su frustración en las redes sociales.
Las ofensivas de la NFL solían girar en torno a los running backs, desde Jim Brown, Jim Taylor hasta Walter Payton y Emmitt Smith. Estos ayudaron a sus equipos a ganar nueve campeonatos. Ahora, los equipos ganan Super Bowls sin un corredor dominante.
Quarterbacks de gran calibre como Tom Brady o Patrick Mahomes son una gran razón por la que los equipos no dependen tanto de los running backs. Mahomes ha llevado a los Kansas City Chiefs a dos títulos de Super Bowl en los últimos cuatro años con Isiah Pacheco, una selección de séptima ronda, y Damien Williams, un agente libre no reclutado, como principales corredores. Brady ganó una vez un Super Bowl cuando Jonas Gray lideró a los New England Patriots con 412 yardas de carrera en 2014. Brady y los Patriots de 2016 también fueron el último equipo en ganar un campeonato con un corredor de 1,000 yardas. LeGarrette Blount, en su segunda etapa con el equipo tras ser liberado, corrió para 1,161 yardas esa temporada. Existen otros casos como los de Marshawn Lynch y los Seattle Seahawks, los Baltimore Ravens de Ray Rice o aquellos Miami Dolphins invictos en la temporada 1972 con Larry Csonka y Mercury Morris.
Los tiempos han cambiado, pero la ley de la oferta y la demanda sigue intacta. Hay muchos corredores y la mayoría de ellos prescindibles debido al cambio de estilo que sufre la liga temporada tras temporada. Excelentes running backs como Henry y Christian McCaffrey consiguieron grandes segundos contratos. Barkley y Jacobs no. Se lo merecen, pero los equipos y la NFL tienen toda la influencia.
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