Una entrada como cebo: así detuvieron a 100 delincuentes gracias a la NFL – Relevo

La mañana del 15 de diciembre de 1985 hacía frío en Washington. La ciudad respiraba tensión. Los Redskins, su equipo de fútbol americano, jugaban el último partido de temporada regular en casa contra los Cincinnati Bengals. Cien afortunados recibieron una invitación para ir al estadio. La suerte les había sonreído. Lo que no sabían es que su destino final era la cárcel.

‘Flagship International Sports Television’. Suena a empresa importante, ¿verdad? La entidad se presentó como una nueva cadena de deportes en Washington. En su campaña de lanzamiento, mandaron cien invitaciones para el duelo más importante de los Redskins como locales en lo que quedaba de temporada. ¿Quién estaba detrás de Flagship International? ¿Algún inversor multimillonario? No. El Servicio de Marshals, la agencia federal de Policía de Estados Unidos.

La invitación incluía una entrada para el partido y un almuerzo previo en el Convention Center de Washington. ¿Qué hacía falta para recibir semejante premio? Ser fugitivo en el Distrito de Columbia. Flagship International envió cartas a las últimas direcciones que tenían registradas de los mayores delincuentes que estaban en libertad. La mayoría ya no vivía en sus anteriores domicilios, pero cien de ellos sí.

Cuando recibieron la invitación, llamaron al “Business Manager” de Flagship International para confirmar su asistencia. El teléfono no sonaba en ninguna redacción deportiva, sino en la oficina de la agencia federal de Estados Unidos. Con el cebo de un partido de la NFL, los Marshals iban a reunir en el Convention Center de Washington a cien fugitivos. Lo difícil era encontrar la forma de arrestarlos.

Según cuenta un artículo publicado en Los Angeles Times, los invitados debían presentar su documento de identidad en la sala principal del Convention Center para recibir su entrada. Gracias a esto, los agentes podían confirmar que eran fugitivos. En los altavoces sonaba música a todo volumen. La Super Bowl de 1982, que ganaron los Redskins, se podía ver en todas las pantallas. El objetivo era claro: llamar la atención de los delincuentes, así no se darían cuenta de que estaban rodeados de personas en busca y captura.

El despliegue de Flagship International fue extremadamente real. Tanto que, como informa Los Angeles Times, el abogado de una cadena televisiva de Washington se presentó en el evento para quejarse porque la supuesta nueva empresa no tenía licencias necesarias para operar en el Distrito de Columbia.

Los fugitivos seguían pasando. Una vez presentaban la documentación necesaria, se les entregaba su entrada y subían a una sala para asistir al almuerzo previo al partido. Todo era felicidad hasta que las puertas se cerraron. El maestro de ceremonias les comunicó que estaban arrestados. En ese momento, 25 miembros del equipo de operaciones especiales del servicio de Marshals y la Washington Metropolitan Police entraron levantando sus armas.

La operación Flagship había sido un éxito. Aquel 15 de diciembre de 1985, la NFL sirvió como aliciente para detener a cien delincuentes. Entre ellos, estaban dos de los diez fugitivos más buscados en el Distrito de Columbia. Muchos acumulaban delitos criminales como violación, asesinato o violaciones de la ley de narcóticos. Nunca el fútbol americano fue tan útil.