Ni siquiera su paupérrimo 10 de 39 desde la distancia triple pudo evitar que los Boston Celtics colocaran el 2-0 en las finales de la NBA al imponerse en el segundo encuentro a los Dallas Mavericks por 105-98 en una pugna mucho más igualada que la primera pero en la que los de Joe Mazzulla volvieron a imponer su actividad defensiva y su ataque coral, encabezado en esta ocasión por un sensacional Jrue Holiday que sumó 26 puntos con un sensacional 11 de 14 en tiros de campo. Los Mavericks, que fueron claramente de más a menos hasta empezar a acumular desventajas superiores a los diez puntos en el tercer cuarto, intentaron vender su piel lo más cara posible, pero sus intentos de agarrarse al partido resultaron inútiles.
Luka Doncic, que sigue tocado físicamente, volvió a verse demasiado solo ante el enorme arsenal del rival. Sumó otro triple-doble con 32 puntos, 11 rebotes y otras tantas asistencias, pero 23 de los puntos facturados llegaron en la primera mitad, a lo que hay que añadirle sus ocho pérdidas de balón. Por parte de los Celtics, sus grandes estrellas, Jaylen Brown y Jayson Tatum, autores de 21 y 18 puntos respectivamente, estuvieron mucho mejor rodeados, pues además de Holiday también jugó a fantástico nivel Derrick White, que aportó otros 18, mientras que Kristaps Porzingis no estuvo tan brillante como en el estreno pero sumó 12, aunque acabó el choque con preocupantes problemas musculares en su pierna derecha, que ya le ha obligado a permanecer casi durante cuarenta días en el dique seco durante estas eliminatorias por el título.
A los Celtics les costó entrar en calor. Su desacierto en el triple y los puntos de Doncic y Kyrie Irving hicieron que fueran los Mavericks los que mandaran durante el primer cuarto en el marcador. Sin embargo, los de Mazzulla fueron poco a poco sumando efectivos a la causa mientras el esloveno iba quedándose cada vez más solo. El 54-51 al descanso favorecía a unos anfitriones que tras la reanudación supieron imponer su defensa para fabricar un parcial de 10-0 y lograr ventajas de más de dobles dígitos, con un lejanísimo triple sobre la bocina final de Payton Pritchard colocando el 83-74 a falta del acto final. Entre White, Holiday, Tatum y Brown amagaron con fabricar unos minutos finales de absoluto relax, pero los Mavericks se aferraron al choque todo lo que pudieron hasta que un triple de White, quien también colocó un tapón superlativo para evitar sustos de última hora, colocaron el 2-0 en una final que viaja ahora a Dallas.
