Luka Doncic, como todos esos fieros competidores que utilizan cualquier afrenta para ser mejor, no olvidará el tercer partido de las finales de la NBA entre sus Dallas Mavericks y los Boston Celtics. Más allá del 3-0, que también tiene, el canterano Del Real Madrid terminó fuera de juego un partido clave. No estuvo mal (27+5+6), pero marcó el partido en lo negativo al salir expulsado antes de los cuatro minutos finales.
No es muy normal ver a Luka cometer cuatro faltas en el mismo periodo, y es lo que ocurrió en el último cuarto del tercer partido. La gota que colmó el vaso fue una pantalla a Jaylen Brown. En la revisión oficial se apreció que el esloveno no tenía posición fija e impactaba con la estrella de Boston. Aunque a Luka eso no le gustó nada, que vio como sus Mavericks tenían que tirar de Kyrie Irving como única referencia ofensiva.
“No quiero decir nada. Pero seis faltas en un partido de las Finales de la NBA. Se les fue de las manos. ¿Soy así? Por favor, hombre. Hay que ser mejores que eso”, confesó el esloveno. Muy enfadado y al límite en todo. En el físico, con esa suma de problemas en tobillo, rodilla y tórax. Y en el resultado, pues ahora queda lo más difícil.
Pero seis faltas en un partido de las Finales de la NBA. Se les fue de las manos. ¿Soy así? Por favor, hombre
O lo nunca visto, mejor dicho. Nunca jamás se ha remontado un 0-3 en la NBA. 156-0 es la diferencia en la historia de los Playoffs, siendo relevante esa remontada de los propios Celtics ante los Heat el pasado curso. Del 0-3 pasó al 3-3. Miami, finalmente, salvó los muebles en el séptimo y fue finalista de la NBA contra los campeones Nuggets.
“No sé. No sabemos qué hacer. No nos dejan jugar físico porque te pitan las faltas…”, cerró el crítico Doncic con la situación. Un día negro que entra en sus pocas historias negativas. Es lo que tiene un prodigio como el esloveno criado en Madrid.
