El cambio climático está afectando a la práctica del deporte en todo el mundo. Pero World Rugby es el primer organismo internacional en publicar un informe detallado, dedicado a los efectos del calentamiento global en el rugby y su necesaria adaptación.
Por Stefanie Schüler
Para su informe de 67 páginas, World Rugby consultó a científicos del clima y analizó las vulnerabilidades en 10 países donde el rugby es rey. “La familia mundial del rugby ya está lidiando con las consecuencias del cambio climático, y tenemos una responsabilidad colectiva, como custodios del deporte de una generación a la siguiente, para enfrentar los desafíos planteados por estos cambios ambientales sin precedentes. Pero para actuar, primero debemos entender”, expresa Bill Beaumont, presidente del rugby mundial, como introducción.
Actores, espectadores e infraestructuras en riesgo
Los efectos del cambio climático son, en efecto, múltiples. Sobre los jugadores, primero: a partir de 35°C, no se recomienda la práctica del rugby a riesgo de poner en peligro su salud. En segundo lugar, sobre los espectadores: con un muy clima caluroso, los estadios podrían transformarse en una zona de alto riesgo para su salud por el efecto isla de calor en estas estructuras creadas principalmente de hormigón y sin vegetación para enfriarlas.
En cuanto a los estadios mismos, en ocho de los 10 países estudiados, aumentará la frecuencia e intensidad de las precipitaciones, así como el riesgo de inundaciones repentinas. El 11% de los 111 estadios estudiados está expuesto a riesgos anuales de sumersión. El césped, por otro lado, podría sufrir sequías prolongadas.
Las naciones históricamente importantes del rugby, como “las islas del Pacífico (Fiyi, Tonga, Samoa), están en la primera línea del aumento del nivel del mar”, precisa Michaël Ferrisi, fundador de Ecolosport, un medio de comunicación sobre la transición ecológica en el deporte y una agencia que apoya al mundo del deporte en su transición. “Así que, efectivamente, el rugby ha entendido que algunas comunidades en este deporte se verán afectadas, estarán en primera línea y que esto tendrá un impacto en su economía y en el deporte en general”, añade.
¿Cómo puede el rugby adaptarse?
El informe no trata tanto de la adaptación de las infraestructuras, sino más bien de la necesidad de integrar las proyecciones climáticas en las políticas de las organizaciones de rugby, como la planificación de torneos, por ejemplo, o los modelos económicos de las organizaciones.
Pero también se habla de crear un mecanismo de financiación solidaria para apoyar a las organizaciones de rugby más vulnerables, o apoyar a su propia comunidad, es decir, a los residentes de un club en caso de catástrofe natural.
El rugby también debería pensar en la mitigación
Por lo tanto, el informe está dedicado a la adaptación del rugby mundial al cambio climático. Pero, ¿qué pasa con la mitigación del calentamiento global? La pregunta surge ya que el rugby es un deporte con muchos torneos internacionales que generan una cantidad significativa de emisiones de carbono.
“Cuando vemos que hoy hay estructuras de rugby que quieren organizar un campeonato mundial de clubes cuya final se llevará a cabo en Catar, cuando aceptamos que las franquicias sudafricanas jueguen la Eurocopa, cuando obviamente esto no tiene ningún sentido, demuestra que aún no hemos entendido los efectos del cambio climático”, comenta Michaël Ferrisi, quien aboga por que continúe la concientización de los líderes del rugby mundial.
“El informe es un primer paso y es un paso en la dirección correcta. Ahora debe ir seguido de acciones y decisiones que sean coherentes con sus resultados”, concluye el experto.
