La carrera de Milos Raonic (186°) está marcada por el césped. En esa superficie, en el 2016, disputó su única final de Grand Slam en 16 años de carrera (en Wimbledon, claro). Y este lunes, en el 18° partido que jugó en los últimos tres años -las lesiones lo obligaron a bajar la raqueta en más de una ocasión- y en ese terreno que tan bien le sienta, el canadiense hizo historia al romper un récord impresionante.
En un torneo histórico como el de Queen’s, uno de los dos ATP 500 jugados en pasto (el otro es el de Halle, en Alemania), el ex N° 3 del mundo se enfrentó al local Cameron Norrie (39°) y, además de ganarle por 6-7 (6), 6-3 y 7-6 (9), batió la marca de mayor cantidad de aces en un partido a tres sets.
En total, fueron 47 puntos ganados sin que el rival pudiera contestar. Si hay alguien que aún no haya tomado dimensión de la locura que hizo el canadiense, caerá al enterarse que ¡casi la mitad de sus puntos en el partido los consiguió a través de aces! con un porcentaje exacto del 42,5%.
Con esos 47 aces, Raonic dejó en el camino a otro sacador muy potente: el croata Ivo Karlovic, quien había conseguido tan solo dos menos (45) en el torneo de Halle del 2015, ante el checo Tomas Berdych. En las redes, muchos le restaron mérito a la marca de norteamericano al decir que el césped es una superficie más rápida y que eso le permitió alcanzarla. Las estadísticas dicen lo contrario…
Si bien los dos mejores récords se consiguieron en pasto, ninguno de los otros ocho que completan el Top 10 fueron ahí: Mark Philippoussis (44) y Goran Ivanisevic (40) lo lograron en alfombra, mientras que Karlovic -otra vez-, Nick Kyrgios, John Isner (44), Mardy Fish y Reilly Opelka por partida doble (43) lo hicieron en piso.
Raonic fue una máquina desde el saque: ¡47 aces en un partido!
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