Saltan las alarmas en Roma: Swiatek y Sabalenka corren hoy un serio peligro – MUNDO DEPORTIVO

No hay seguramente un mejor partido de tenis femenino que la confrontación directa entre la polaca Iga Swiatek  y la bielorrusa Aryna Sabalenka. Así lo corroboraron hace un par de semanas en el Mutua Madrid Open, cuando hicieron honor a su condición de número uno y dos mundial, respectivamente.

Ese orden se mantuvo en la Caja Mágica, donde Swiatek ganó su 20º título, a sus 22 años, destronando a Sabalenka, de 25, por 7-5, 4-6 y 7-6 (7). La polaca mantuvo su alto porcentaje de éxitos en final (20 de 25), que no se corresponde con el de la bielorrusa (14 de 28).

La triple campeona de Roland Garros atenazó a la reina del Open de Australia por séptima vez en diez ocasiones, la cuarta en cinco sobre tierra batida.

Vuelven a tener cita hoy sábado, no antes de las 5 de la tarde, pero han saltado las alarmas en Roma. La final corre serio peligro. Swiatek, campeona en el Foro Itálico romano en 2021 y 2022, mantiene su cadencia tranquila en este evento. No así Sabalenka, que ya ha hecho su mejor resultado en la capital italiana.

La bielorrusa no se anduvo por las ramas. Si hace falta, no saltará a la cancha o se retirará durante el encuentro. Roland Garros está muy cercano, comienza el domingo 26 de mayo.  Y las grandes aspirantes a una corona de Grand Slam priorizan este tipo de torneos.

Sabalenka meditó ya días atrás dejar el torneo de Roma, por unos dolores de espalda mitigados gracias al trabajo de los fisioterapeutas, como ella mismo subrayó. “Estoy muy agradecida al fisio que me ayudó a seguir viva en la competición, que de hecho está solucionando el problema”.

Sin embargo, el jueves, tras su partido de semifinales ante Danielle Collins, advirtió también que “haré todo lo posible para recuperarme. Sigo haciendo ejercicios, tratamiento, cuidando mi zona lumbar. Ha ido a mejor, pero si sucede algo en el partido (la final), abandono porque París está a la esquina. Espero que no suceda, siento que no va a pasar, pero…”.

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Una final esperada y deseada, bajo interrogante. Condicionada por cómo se levante y se sienta Sabalenka.