Boxeo

Bajo la lupa: 180 minutos – Diario de Morelos


En la historia de los campeonatos mundiales de futbol, se presentó un hito: dos árbitros mexicanos dirigieron un par de partidos fundamentales, uno detrás del otro.

¿Cómo puede suceder eso? Bueno, solo puede pasar si entre un hecho y el siguiente transcurrieron cuatro años.

Resulta que en el Mundial de Italia 90, luego de arbitrar un juego de manera extraordinaria entre las selecciones de Inglaterra y Camerún, la FIFA decidió nombrar para la Gran Final al juez uruguayo, naturalizado mexicano Edgardo Codesal.

El galeno de profesión tuvo una actuación signada por la polémica, cuando a escasos minutos del final sancionó un penal a favor de Alemania que, a la postre, le daría el título.

Los argentinos protestaron ruidosamente la marcación, el nazareno azteca se mantuvo firme y de esa manera pasó a la historia como el primer y único mexicano en dirigir el “Partido Grande”.

Para la siguiente edición de la Copa del Mundo, la sede fue otorgada a Estados Unidos.

El jefe de los árbitros para el trascendental evento era Paolo Casarin, uno de los más grandes silbantes italianos de todos los tiempos, quién había participado con éxito en España 82.

Unos días antes de la patada inicial, en una entrevista el señor Casarin declaró lo siguiente:

“En el Mundial, la Final la pita el mejor árbitro del torneo, pero la inauguración la hace el mejor del mundo”.

Obviamente la siguiente pregunta fue: “¿y ese quién es?”, a lo que don Paolo contestó:

“Arturo Brizio de México”.

Cuando llegué al aeropuerto de la Ciudad de México, un nutrido grupo de reporteros me comentaron la declaración del italiano, a lo que respondí simplemente que era un honor.

Al arribar unas horas más tarde a la concentración de los jueces, en el “Cooper Center” de la ciudad de Dallas, me recibió mi querido amigo el Teniente Coronel Mario Rubio y me dijo: “felicidades, eres el árbitro de la inauguración”.

De esa manera volamos a Chicago para nuestra cita con el destino.

El 17 de junio, fecha en que estoy escribiendo esta colaboración, salimos del hotel rumbo al “Soldier Field” en la llamada “Ciudad de los vientos”.

Al ir a abordar la camioneta que nos llevaría al estadio, un periodista sudamericano me gritó:

“Eh Brizio, usted es el árbitro verdad”, respondí levantando el pulgar y entonces dijo: “vaya tranquilo, nada más lo va a estar viendo todo el mundo”.

El partido se llevó a cabo a la 1.00 p.m. con 42 grados centígrados. Alemania y Bolivia se formaron en el túnel y de esa manera entramos en ese hermoso ritual que es el desfile hacia la cancha.

Alemania ganó por la mínima con un gol de Jürgen Klinsmann.

En algún momento del partido, apareció una tarjeta roja para Marco Antonio “diablo” Etcheverry, astro boliviano que tenía dos minutos en la cancha.

Se perdió el resto del Mundial y tras el postrer silbatazo, se logró que dos mexicanos pitarán, mediante la Final y la Inauguración, de manera seguida…180 minutos.



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Marc Valldeperez

Soy el administrador de marcahora.xyz y también un redactor deportivo. Apasionado por el deporte y su historia. Fanático de todas las disciplinas, especialmente el fútbol, el boxeo y las MMA. Encargado de escribir previas de muchos deportes, como boxeo, fútbol, NBA, deportes de motor y otros.

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