El rap se convirtió en un lugar seguro para la catatumbera Vanessa Padilla Arévalo, que le ha dado expresión y resistencia en una trayectoria artística marcada por la migración y la transformación social.
“Nos vamos a las dos de la madrugada, imagínate vos”, con un marcado acento ocañero, la rapera catatumbera Varé Varé, denota las carreras en las que se medía su trayectoria artística, entre cada gira, cada concierto, y lo fundamental, da sentido a lo que ha sido su vida desde muy temprana edad: migrar constantemente.
Vanessa Padilla Arévalo, de 26 años, es una artista que le canta a su historia y a las causas sociales que la mueven, como el feminismo y el campesinado.
Es de raíces cesarenses. Nació en Valledupar en una familia de músicos. Recorrió diferentes municipios de la región, alcanzó a vivir fuera del país a causa del conflicto armado, y regresó para criarse en Ocaña, ciudad de sus abuelos maternos, donde se adentró al Catatumbo para acercarse a la comunidad por medio de nuevas propuestas socioculturales. Hoy vive en Bucaramanga, donde continúa con su proyecto artístico sin descuidar su territorio.
A sus 12 años se abrió a componer sus propias letras cuando en Ecuador, país que la refugió tras ser víctima del desplazamiento forzado, conoció el hip-hop.
“Llegamos a vivir frente a un skatepark de Santo Domingo de los Tsáchilas. La gente se reunía a hacer freestyle. Empecé a patinar y conocí más sobre esa cultura”, contó la rapera.
Un año después regresó a Colombia, precisamente a La Jagua de Ibirico. Su adolescencia se dio en un contexto lleno de problemas, pues vivió en las calles de este municipio. Y tenía que seguir mudándose. Lea: Una charla con Juan José Cobos: así será el leopardo en bronce en honor al Atlético Bucaramanga
Viajaba a ciudades como Barranquilla y Valledupar, donde residen sus familiares, mientras sostenía un consumo conflictivo de drogas, que la obligó a ser internada en centros de rehabilitación de cada lugar donde terminaba viviendo. Así fue hasta sus 17 años. Pero este proceso siempre estuvo fuertemente acompañado del rap.
“Empecé a desarrollar un poco más la estabilidad a la hora de rapear y escribir. Muchos dolores y la vulnerabilidad me habitaban en ese entonces. La música se convirtió en un lugar al que me acerco cuando estoy sola para somatizar mis emociones. Desde muy niña fue así, pero no sabía cómo describirlo”, agregó.
Varé Varé llegó a Ocaña para cambiarlo todo, dice. Se instaló en esta ciudad, en la que finalmente sintió que era su casa. Estudió en la Universidad Francisco de Paula Santander y obtuvo el título de Comunicadora Social.
En el 2017 conoció a los integrantes del grupo de carranga rap Reyes Magos, del Catatumbo, quienes estaban en la búsqueda de una voz femenina que complementara el proyecto.
Pasados seis meses, salió uno de los integrantes y el grupo vivió un momento de quiebre, pero que dio inicio a un proyecto que se sostiene hasta el día de hoy: Montaña Récords Catatumbo, MRC, un sello discográfico de hip hop, nacido por y para su región, con la que han hecho sus propios lanzamientos discográficos como “Carranga Rap y Territorio”. Vanessa se desempeña como la directora general.
Además, es la productora con la que Varé ha hecho realidad sus proyectos personales y colaborativos con Asimétrico Catatumbo y Nuboj Fresh; al igual que su primer álbum RUDA, sus sencillos Rap Campeche, Eclipse 25 y su más reciente: Varé Carreteras.
Con MRC llegan a zonas olvidadas del Catatumbo. Allí convergen en un espacio en el que narran historias del territorio. Crearon la escuela de hip hop campesino carranga rap ‘Por mi Tierrita’, con la que brindan a jóvenes las habilidades para la construcción de su futuro mientras fusionan este género musical con elementos de su propia cultura campesina.
“Nuestro equipo es campesino. Somos jóvenes que crecimos en pueblos, corregimientos y veredas. Entonces queremos promover, a través del hip hop, oportunidades y alternativas que cuando éramos niños no tuvimos. En la región los jóvenes no tienen más opción que entrar a un grupo al margen de la ley o terminar en dinámicas del narcotráfico”, relató Varé Varé.
Hoy, la artista asegura que el rap elige a sus voceros en medio de la periferia, y allí, en el bombo y la caja, ha sentido que la vida, cada vez más, va cobrando sentido.
Un viaje con Varé Carreteras
Varé Carreteras es el último sencillo de Vanessa. Recientemente lanzó el videoclip, en el que muestra un recorrido por las fronteras del Cesar y Norte de Santander. Desde el primer segundo, dirige a las tierras del trueno con un representativo sample del Bambuco “La Cajita de Cartón” del artista Flaminio Molina, oriundo de San Calixto, tema que narra lo que un fiel catatumbero lleva en su caja de cartón cuando parte de su tierra, como el famoso bolegancho, los buñuelos, la arepa y la clásica cebollita ocañera.
Con un marcado boombap, la rapera habla sobre amores efímeros y la creación de nuevas familias que adoptan, en cada viaje, el sentir de una mujer que no ha parado de moverse desde su adolescencia.
Estos tránsitos, acompañados de aventuras vividas y nuevas jergas aprendidas, la ha llevado a cuestionarse “¿qué es ser de un lugar?”, para responderse a sí misma “de mil techos, refugiada y por siempre desplazada, desplazada por la rabia de estar y no ser de nada”, y así dar con una forma de enmarcar su discurso en el alma de una hija de las carreteras.
