Wimbledon, el “karma” de los argentinos: los mejores resultados y el duro presente – MDZ Online
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Es un nuevo Grand Slam y eso debería ser motivo de entusiasmo para cualquier jugador de tenis. Pero es cierto que los argentinos tienen motivos para ser algo más precavidos a la hora de prepararse para Wimbledon. Es el único torneo grande que ningún tenista de nuestro país ha podido alzar en singles y en el que se han cosechado los peores resultados. Además, las mejores raquetas nacionales llegan al Abierto Británico sin victorias sobre césped en la temporada; y de los 12 aspirantes a jugar el torneo, ninguno pudo superar la clasificación. ¿Habrá lugar a un batacazo?
En junio de 2023 Francisco Cerúndolo fue campeón en el ATP 250 de Eastbourne y logró así cortar una sequía de 28 años sin campeones argentinos sobre pasto (desde Javier Frana en Nottingham, en 1995): un reflejo de lo sinuosa que ha sido la superficie desde tiempos inmemoriales. “El pasto es para las vacas”, sostuvo alguna vez Guillermo Vilas, apropiándose de una frase que el español Manolo Santana había dicho en 1966. El Gran Willy solo alcanzó dos veces los cuartos de final y Wimbledon es el único Grand Slam en el que no pudo coronarse (ostenta dos Australian Open, un Roland Garros y un US Open). Y lo cierto es que, para las vacas o no, el pasto tampoco pareció ser para los argentinos en este 2024… hasta ahora.
En la primera semana de competencia sobre césped, en el ATP 500 de Queen’s, los cuatro mejores argentinos acumularon traspiés: Sebastián Báez (18º) perdió ante Tommy Paul por doble 6-4 (el estadounidense sería campeón); Francisco Cerúndolo, por 6-1 y 7-5 frente a Carlos Alcaraz, flamante campeón de Roland Garros; Tomás Etcheverry (31º) cayó ante Billy Harris en tres sets y Mariano Navone (32º) no pudo con Jack Draper, que lo venció por 6-3 y 6-2. Increíblemente, la tendencia se repitió siete días más tarde: los cuatro perdieron en sus respectivos debuts en Eastbourne. Cerúndolo era el campeón defensor y Báez, 4º precalificado, comenzó el torneo directamente en los octavos de final; pero ninguno pudo hacerse fuerte sobre la hierba. A su vez, en el WTA 500 de Hamburgo, Nadia Podoroska (65º) tampoco tuvo suerte y perdió 6-3 y 6-0 frente a Yekaterina Aleksándrova.
A ello se le suma que la Qualy para el tercer Grand Slam del año fue tenísticamente desastrosa para los argentinos: en el cuadro masculino, ninguno de los diez pretendientes pudo superar las tres rondas y no estarán en el All England Diego Schwartzman, Nicolás Kicker, Genaro Olivieri, Camilo Ugo Carabelli, Marco Trungelliti, Facundo Bagnis, Thiago Agustín Tirante, Román Andrés Burruchaga (el único que alcanzó la 3º instancia), Juan Pablo Ficovich ni Pedro Cachín. Martina Capurro y Solana Sierra, en el lado femenino, tampoco pudieron sortear la clasificación. En consecuencia, los representantes nacionales que viajarán a Londres serán los siguientes diez: Cerúndolo, Báez, Etcheverry, Navone, Facundo Díaz Acosta (67º), Federico Coria (71º) y Francisco Comesaña (121º), por el lado de los varones; y Podoroska, María Lourdes Carlé (86º) y Julia Riera (104º), en el costado femenino.
¿Qué puede esperarse, entonces? Definitivamente, no resultados espectaculares. No solo por los registros de las últimas semanas, sino porque históricamente Wimbledon ha sido un hueso difícil de roer. Tal vez Francisco Cerúndolo o Tomás Etcheverry, de estilos de juego más veloces y más adeptos a las superficies rápidas, podrían ser quienes más lejos lleguen en el cuadro. Pero lo cierto es que ninguno de los diez argentinos que estarán en Wimbledon ha superado jamás una segunda ronda: cinco serán debutantes en el cuadro principal y solo Cerúndolo, Báez, Etcheverry y Podoroska han podido ganar un partido (nunca más de uno) en una misma edición del torneo. Eso sí, a lo largo de la historia ha habido desempeños memorables de tenistas de nuestro país que rompieron la tendencia y otorgan motivos para la ilusión. ¿Quién puede asegurar que en el 2024 no se verá otro?
Gaby Sabatini, la mejor
Desde los cuartos de final de 1976 a los que llegó Guillermo Vilas, el tenis masculino debió esperar hasta 2002 para volver a ver a uno de los suyos en una instancia decisiva. Fue David Nalbandian, que a los 20 años alcanzó la final de Wimbledon (su única en Grand Slam) y fue derrotado por Lleyton Hewitt por un contundente 6-1, 6-3 y 6-2. Desde ese entonces, se destacan las épicas semifinales que Juan Martín del Potro perdió ante Novak Djokovic en 2013 (fue 6-3 para el serbio en el quinto set) y los cuartos de final a los que el tandilense llegó en 2018: en aquella ocasión, también fue derrotado en un 5º set, pero frente a Rafael Nadal. En 2019, el encargado de destruir los pronósticos fue Guido Pella, que llegó a los cuartos de final. En el cuadro femenino, Gabriela Sabatini ha cosechado resultados ampliamente mejores que la media: llegó a tres semifinales y una final, en 1991, que perdió en manos de Steffi Graf, y ganó el título en dobles en 1988, justamente, haciendo pareja con la alemana. Además, Paola Suárez llegó a los cuartos de final en 2004. Pocas alegrías y ningún trofeo en un torneo con 147 años de historia. ¿Podrá algún argentino revertir la historia en Wimbledon?
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