Francisco Mosquera, el campeón acusado de dopaje que lucha por limpiar su nombre; este es su drama – El Colombiano

Francisco Mosquera, un nombre que resonaba en el levantamiento de pesas por sus múltiples triunfos como campeón mundial, se encuentra desde octubre de 2023 en medio de una tormenta personal que ha sacudido su vida hasta sus cimientos. Este período ha sido una prueba de resistencia, donde el atleta ha pasado por momentos de profunda tristeza y desesperación, enfrentando una acusación devastadora de dopaje que ha puesto en riesgo no solo su carrera, sino también su reputación y bienestar emocional.

Conocido por su fortaleza y valentía en la competencia, Mosquera había cosechado numerosos éxitos a lo largo de su carrera. Dos campeonatos mundiales, en Anaheim 2017 y Bogotá 2022, marcaron hitos gloriosos en su trayectoria deportiva. Sin embargo, el anuncio de la Agencia Internacional de Control al Dopaje (ITA) en septiembre de 2023, revelando un resultado positivo por Boldenona durante el Mundial de Riad, cambió abruptamente su vida.

Este esteroide, conocido por sus propiedades anabólicas que promueven el aumento de peso corporal, fue encontrado en una muestra tomada mientras Mosquera competía por un cupo en los Juegos Olímpicos de París. A partir de ese momento, el peso de la sospecha y la acusación se sumaron a sus hombros, transformando su existencia de manera drástica.

La lucha por demostrar inocencia

Desde el primer día de la controversia, Mosquera ha mantenido su firme posición de inocencia. A pesar de enfrentar la posibilidad de una sanción de cuatro años, ha rechazado cualquier oferta de declaración de culpabilidad que comprometa su integridad y su historia como atleta. En su defensa, ha presentado una amplia gama de pruebas, incluyendo análisis meticulosos de muestras de cabello y uñas enviadas a laboratorios en Francia, las cuales no han revelado rastros de sustancias dopantes.

El camino legal ha sido agotador y emocionalmente desgarrador, no solo por la carga de probar su inocencia, sino también por la sensación de abandono percibido de aquellos que anteriormente lo apoyaban. Mosquera ha tenido que enfrentar la suspensión de su sueldo como deportista apoyado y la falta de pago por compromisos adquiridos durante su carrera, incluyendo un monto significativo pendiente en Bolívar, departamento por el que competía con orgullo.

En medio de la adversidad, Mosquera ha encontrado consuelo en un pequeño círculo de amigos íntimos, su madre, su esposa Ivana Pérez y su entrenador Oswaldo Pinilla. Estas figuras han sido sus pilares fundamentales, brindándole no solo apoyo emocional sino también respaldo económico en estos tiempos difíciles. La generosidad y solidaridad de excompañeros de la Selección Colombia y personas que creen en su inocencia han sido una luz en el camino oscuro que enfrenta.

A pesar de la vergüenza y el dolor de depender de la caridad ajena, Mosquera ha encontrado consuelo en el afecto y la fe que otros tienen en su integridad como deportista y como persona. Este apoyo ha sido crucial para mantener viva su esperanza de una resolución justa y el eventual regreso a la competencia.

Un futuro en suspenso

El futuro de Mosquera sigue en vilo, a la espera de la decisión final de la ITA que podría definir el curso de sus próximos años. Con la incansable asistencia legal de su abogado Víctor Delgado, continúa luchando por demostrar su inocencia y revertir la situación en su favor. A pesar de los obstáculos y la incertidumbre, Mosquera se aferra a la esperanza de una resolución favorable, basada en casos previos de atletas absueltos por contaminación alimentaria.

Mientras tanto, se ha visto obligado a encontrar nuevas formas de sustento fuera del ámbito deportivo, trabajando de manera independiente para mantener a su familia. Este ajuste ha sido doloroso y desafiante, pero su determinación por limpiar su nombre y contribuir nuevamente al deporte sigue siendo inquebrantable.

Al reflexionar sobre la tormentosa travesía que ha enfrentado, el deportista antioqueño revela una mezcla de dolor, confusión y determinación. “Esto es lo más difícil que he experimentado en mi vida. A veces me pregunto, ¿cómo he llegado a este punto? Todo es confuso”, confiesa con la voz entrecortada por la emoción. A pesar de todo, su compromiso por buscar justicia y mejorar las condiciones del deporte en Colombia y a nivel global permanece intacto.

Francisco Mosquera, de campeón mundial celebrado a luchador incansable por su nombre y reputación, personifica la fragilidad de la fama y la importancia de la integridad personal. Su historia es un recordatorio poderoso de la resistencia humana frente a las adversidades más severas y una inspiración para todos aquellos que enfrentan batallas similares en la vida.