Nunca una simple venta había dado tanto a una compañía española en el extranjero. Desde que Colón avistara Las Américas es difícil encontrar una historia de éxito económica española en México o algún país latinoamericano. Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, lo consiguió el año pasado y ahora se ha visto reflejado en las cuentas de la compañía.
La operación de venta de más de 8.400 MW de ciclos combinados en el país ha supuesto una entrada de caja de casi 5.200 millones de euros con una plusvalía de 1.165 millones en el beneficio neto en el primer trimestre.
Galán ha logrado que la mayor eléctrica de Europa por capitalización y la segunda del mundo haya ejecutado una jugada magistral no sólo por el resultado económico. Esta operación ha sido clave por tres motivos: en primer lugar, gracias a la venta, Iberdrola se focaliza en el negocio renovable, vendiendo gran parte de sus ciclos combinados y avanza en su objetivo de emisiones propias netas cero en 2030.
En segundo lugar, le ha permitido conseguir unas plusvalías históricas de más de 1.100 millones de euros, que a su vez, le ha permitido consolidar su solidez financiera, recortando su deuda hasta los 43.000 millones y elevando su ratio frente al FFO hasta el 25%, es decir que esta en una mejor posición para afrontar nuevos retos.
El foco en renovables
Además, facilita que Iberdrola acelere las inversiones e impulsar su beneficio neto hasta los 2.760 millones de euros en el primer trimestre de 2024. Una cifra récord que podría llevar a Iberdrola a obtener este año un beneficio histórico.
Y tercero, con este acuerdo Iberdrola consigue mantener a sus clientes privados en México, con una cartera de negocio renovable de 6.000 MW para desarrollar en el futuro. Es decir, un ciclo de inversiones mínimas de 5.000 millones de euros.
Sellar la paz con AMLO
Por si fuera poco, Galán ha logrado sellar la paz de una vez y para siempre con el país azteca con el que lleva trabajando más de dos décadas, y ha logrado el favor de su actual presidente Andrés Manuel López Obrador (ver imagen).
México, en el que Iberdrola conserva todo su negocio limpio, está 100% comprometido con la transición energética. Al igual que Europa, tiene trazada una hoja de ruta clara de descarbonización y el fomento de las energías renovables, tanto de centrales fotovoltaicas como eólicas.
Por eso, la compañía española seguirá generando un beneficio recurrente en el país al mantener, pese a la venta, en torno al 50% del beneficio bruto de explotación que generaba antes de la operación. La utility ha refrendado su compromiso con México y con el objetivo de construir, en conjunto, un futuro más sostenible y verde y de hecho, ya cuenta con más de 1.200 MW renovables.
La transacción, pilotada por el equipo de Desarrollo Corporativo de Iberdrola –que dirige David Mesonero- ha cumplido con los objetivos estratégicos tanto de México como de la empresa. El Gobierno de AMLO logra sus objetivos de la política energética nacional mientras que Iberdrola pone el foco en renovables y clientes, y todo con un precio más que satisfactorio para ambas partes. Mexico Infrastructure Partners (MIP), el mayor gestor de activos de infraestructuras y energía de México, ha pagado una ratio de valor de empresa frente al ebitda de unas 11 veces.
Detrás de toda historia de éxito en México se canta una ranchera y ésta está escrita por Galán.
