Martín Pérez Marianetti: el sanrafaelino que está transformando Guinea Ecuatorial con el rugby – Diario San Rafael

El sanrafaelino Martín Pérez Marianetti ha dedicado los últimos cinco años de su vida a una misión inesperada: promover el rugby en Guinea Ecuatorial. Junto a un amigo español, Pérez Marianetti decidió iniciar una pequeña escuela de rugby en Malabo, la capital del país africano, con solo dos pelotas y una idea audaz. “Vimos que no había rugby, y dijimos, ¿por qué no empezamos con una escuelita para intentar ver qué pasa?”, dijo el ideólogo de esta iniciativa Diario San Rafael y Fm Vos 94.5.
Lo que comenzó como una actividad experimental se ha transformado en un club consolidado con más de 100 niños en su academia. “Ha sido un trabajo constante de cinco años, martillando y martillando, hasta que logramos que tanto el Comité Olímpico de Guinea Ecuatorial como el Ministerio de Deporte se interesaran en el rugby”, explicó.
El esfuerzo culminó recientemente con un logro histórico: el primer partido de Rugby 15 en Guinea Ecuatorial, celebrado en el Estadio Nacional. “Jugamos en el estadio más grande, donde solo juega la selección de fútbol, y nos lo dejaron para el rugby. Fue una fiesta increíble”, comentó emocionado.
El proyecto de Pérez Marianetti y su equipo no solo busca popularizar el deporte, sino también hacerlo accesible a todos los niños, independientemente de su situación económica. “Los chicos no pagan nada. Para nosotros eso era fundamental porque muchos no pueden pagarse una cuota. Queríamos que el rugby fuera accesible para todos”, dijo. Esta visión ha llevado a la academia a enfrentar desafíos financieros significativos, desde la compra de indumentaria hasta cubrir los costos médicos de lesiones.
Pese a estas dificultades, el apoyo de empresas y amigos ha sido crucial. “Hasta ahora, solo hemos tenido apoyo de algunas empresas y amigos que nos echaron una mano en lo económico”, explicó Pérez Marianetti. La academia también ha sido innovadora en sus métodos, organizando actividades que van más allá del juego. “Queremos que los chicos entiendan que el rugby es más que un partido. Organizamos charlas de valores y actividades que promuevan la cultura del rugby”, añadió.
Uno de los momentos más destacados fue el partido de Rugby 15 que disputaron contra un equipo de Bata, la segunda capital de Guinea Ecuatorial. “En Bata también estaban trabajando en rugby. Juntaron 20 jugadores y vinieron en barco a Malabo. Fue una semana entera de actividades, no solo el partido”, relató. Esta experiencia ha sido fundamental para fomentar el espíritu de comunidad y la comprensión de los valores del rugby entre los jóvenes jugadores.
El compromiso de Pérez Marianetti con el proyecto es evidente. Sin embargo, su visión a largo plazo es que el rugby en Guinea Ecuatorial no dependa de su presencia. “La idea es que en un breve tiempo ya haya muchos entrenadores guineanos, que estos chicos que están en las inferiores de la academia se conviertan en jugadores mayores y entrenadores. Queremos que el rugby se multiplique y quede en Guinea Ecuatorial como un deporte más”, afirmó.

La particularidad de Guinea Ecuatorial, el único país africano de habla hispana, también ha facilitado la integración cultural del rugby. “Aquí se habla español, lo que ha hecho que comunicarnos y enseñar sea un poco más fácil”, comentó. Además, la pequeña población del país, estimada en un millón de personas, permite una difusión más rápida y efectiva del deporte. “En cuestión de dos meses teníamos 100 niños jugando rugby tag (actividad con un poco menos de contacto físico) en nuestra academia. La idea es llevar esto a nivel nacional”, explicó.
El impacto potencial del rugby en Guinea Ecuatorial es enorme. “Podemos hacer que mil niños jueguen al rugby antes de que termine el año. Los chicos se enganchan porque es un deporte nuevo para ellos, y se vuelven locos. Creo que va a ser mucho más fácil aquí que en otros países hacer del rugby un deporte popular”, predijo optimistamente el sanrafaelino.
La pasión de Pérez Marianetti por el rugby y su compromiso con la comunidad fueron evidentes. “Amo el rugby, y eso se nota en cada palabra. Sigo con esto porque quiero que los chicos aquí tengan las mismas oportunidades que yo tuve”, concluyó.