Entretenimiento

Aquí, la música siempre fue más que entretenimiento


En Medellín la música ha sido entendida como arte tanto como negocio, de ahí el éxito de la industria. Pero eso no es un asunto reciente, ni empezó con el reguetón.

En su tesis La industria musical en Medellín 1940-1960, el historiador Juan David Arias Calle rastrea esa relación. Dice: “En los inicios de la década de 1940, en Medellín, la publicidad aportó el impulso inicial para el establecimiento de una sólida industria radiofónica, al tiempo que propició las alianzas comerciales necesarias para convertir a esta ciudad en el principal centro de producción fonográfica del país (…) En Medellín, una ciudad comercial y fabril, los industriales y comerciantes de la ciudad vieron en la publicidad radial un buen medio de promoción de sus productos”.

Esa relación terminó favoreciendo a la música, pues para hacer más atractiva la radio y con ella la publicada, debían ofrecer contenidos de gran calidad, especialmente musicales, que pudieran competir con los que se emitían en las otras estaciones de onda corta, provenientes de todo el mundo y que se podían escuchar en la ciudad. Así, lo que está pasando ahora con la música urbana no es nuevo, es un trabajo de años, que han hecho personas como Federico Ángel y José Escudero, fundadores de Forward Music.

Ambos empezaron haciendo fiestas y conciertos —Ángel, incluso, hizo el primer concierto de J Balvin en Medellín—, así se conocieron.

—La mayoría de los empresarios de entretenimiento hacemos esto porque nos apasiona, por el gusto por la música, por generar los espacios que uno quisiera, dice Ángel.

Es un asunto de gusto y oportunidad. A todos les gusta la música, pero no todos pueden ser artistas, entonces buscan otras formas de articularse a esa industria, así surgió Forward en 2014.

Ángel y Escudero querían formalizar su trabajo en la industria musical más allá de los eventos y se encontraron con el asunto de las regalías, los derechos, y todo lo que se desprende de las plataformas digitales, que todavía nadie sabía muy bien como funcionaba, y se metieron de cabeza.

—Nosotros apostamos a algo muy simple y muy práctico, y era generar lo que necesitábamos para ir resolviendo el diario, entonces cobrábamos como agencia digital, manejábamos redes sociales, plataformas, hacíamos booking, todo lo que nos permitiera generar ingresos y pagarnos un sueldo. Cuando alcanzamos eso empezamos a ver y entender donde había otras necesidades y donde éramos buenos nosotros y como podíamos atender eso, dice Ángel.

Este año, que Forward cumple sus primeros 10 años, la empresa cuenta con cinco integrantes, además de los dos fundadores, y funciona como agencia de management, booking y tienen su propio sello discográfico, Medechill Records. En el catálogo de artistas con quienes han trabajado se cuentan Brokix, Jaycob Duque, Ñejo y la maestra Teresita Gómez.

Pero no solo trabajan con música, sino con todo lo que se sienten capaces de hacer en términos de entretenimiento y cultura: eventos de arte, conferencias, congresos de médicos, incluso trajeron a Deepack Chopra y Chris Gardner, el hombre que inspiró la película En busca de la felicidad.

Son una empresa compacta y liviana, que más que crecer infinitamente, tiene la capacidad de articularse con otros cuando los proyectos que desarrolle así lo ameriten.

La empresa, además, hace las veces de escuela, porque los desarrollos tecnológicos hacen que en la industria música todo esté cambiando todo el tiempo, entonces mucho de lo que se hace se va aprendiendo sobre la marcha.

—Parte de la clave de la industria musical es como se forma a la gente, que debería ser a través de mentorías y de buenos maestros en la práctica real, dice Ángel.

Así han hecho ellos desde que empezaron a hacer fiestas y conciertos, aprender de otros, avanzar paso a paso y en el camino identificar cuáles son las necesidades que pueden resolver para que la música sea posible.

—La industria está llena de gente que quiere ser músico, artistas. Yo fui Dj, dice José. Pero la única forma de trabajar y vivir de la música no es siendo artista, sino haciendo industria, y hay un montón de cosas por hacer.

Según Proantioquia, Comfama y la firma mexicana Relatable, “entre 2019 y 2022 —exceptuando el tiempo de la pandemia—, las actividades directamente relacionadas con la música crecieron a una tasa promedio de 30% anual, una cifra poderosa teniendo en cuenta que actualmente la economía crece a tasas cercanas a 1%, lo que ha permitido que aporte más de la tercera parte del crecimiento del PIB nacional en el último año. Además, uno de cada diez trabajadores en el Área Metropolitana está vinculado a actividades artísticas o relacionadas, cifra no muy distante del 15% de la industria manufacturera, fuente tradicional de empleo en nuestra región”.





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Antea Morbioli

Hola soy Antea Morbioli Periodista con 2 años de experiencia en diferentes medios. Ha cubierto noticias de entretenimiento, películas, programas de televisión, celebridades, deportes, así como todo tipo de eventos culturales para MarcaHora.xyz desde 2023.

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