La inscripción del Girona para la Champions parece tomar forma tras los cambios que exigía la UEFA al club catalán para poder participar en ella. La vinculación de la entidad de la entidad ‘gironina’ con el City Group ha zarandeado los despachos de Montilivi en cuestiones sumamente internas, por lo que los altos cargos han tenido que bucear entre los problemas para encontrar soluciones.
La relación con el Manchester City no debía ser un impedimento para que ambos jugarán la mayor competición continental. Es por eso que el Girona y la UEFA pactaron una serie de cambios, en unos tiempos más largos de los permitidos, para evitar riesgos de ser penalizados por la multipropiedad en la que ambos clubes están inmersos, evitando así ser vetados. La predisposición de los ‘gironins’ contentó al organismo europeo para que, poco a poco, se fueran estableciendo los cambios.
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Así que sí, Girona y Manchester City jugarán la Champions e incluso podrían coincidir en el torneo que estrenará formato para la próxima campaña. Una de las grandes condiciones de la UEFA pasaba por reducir el peso de la propiedad en Girona. El City Football Group, que contemplaba el 47% de las acciones del club, no superará el 30%.
Todo parece apuntar al fideicomiso, dicho de otro modo, la cesión de esas acciones a socios o empresas nuevas que estén aprobadas por la propia UEFA. Ahí es donde aparecen los tres nuevos nombres: Matthew Shayle, Edward Hall y Paul Houston, los nuevos vocales aprobados en la junta extraordinaria del club. John MacBeath, Simon Cliff e Ingo Bank, quienes tenían vinculación con el Manchester City, han dejado ya su cargo, paso imprescindible para poder jugar la Champions.
Shayle, Hall y Houston son socios de Wiggin Osborne Fullerlove, un bufete de abogados internacionales especializado en clientes privados que proporciona servicios legales a medida a clientes de alto patrimonio. La empresa, tal y como muestra en su web, recibe un gran prestigio en cuestiones de impuestos, fideicomisos, ley de sucesiones y patrimonios privados.
El Girona también deberá demostrar que los clubes son independientes en su gestión diaria. Eso incluiría cuestiones de comunicación, patrocinios, marketing u otros departamentos como el de scouting, evitando así que entre ambos compartan información o conocimientos de valor.
