Mbappé desarbola a la Real y lleva al PSG a cuartos de final – EL PAÍS
Kylian Mbappé destrozó solo, o en compañÃa de otros, a la Real Sociedad, que en el partido de vuelta no tuvo ni media opción de girar 180 grados la eliminatoria como pretendÃa Imanol. No siquiera el récord de asistencia y una grada volcada desde el principio, amedrentaron a la estrella parisina y un grupo de secundarios de lujo que le acompañaron y crearon, con su superioridad, el ambiente adecuado para el futbolista más cotizado del planeta.
1
Remiro, Javi Galán, Le Normand, Zubeldia (Jon Pacheco , min. 76), Hamari Traore, Merino, Brais (Beñat Turrientes, min. 61), MartÃn Zubimendi (Jon Ander Olasagasti, min. 82), Oyarzabal (André Silva, min. 76), Take Kubo y Sheraldo Becker (Barrenetxea, min. 61)
2
Gianluigi Donnarumma, Nuno Mendes (Nordi Mukiele, min. 61), Lucas, Beraldo, Achraf Hakimi (Carlos Soler, min. 82), Vitor Ferreira, Warren Zaïre-Emery, Fabián (Manuel Ugarte, min. 77), Ousmane Dembélé (Randal Kolo Muani, min. 82), Bradley Barcola (Lee Kang-In, min. 45) y Kylian Mbappe
Goles 0-1 min. 15: Kylian Mbappe. 0-2 min. 56: Kylian Mbappe. 1-2 min. 89: Merino.
Ãrbitro Michael Oliver
Tarjetas amarillas Nuno Mendes (min. 28), Achraf Hakimi (min. 41), Take Kubo (min. 42), Ousmane Dembélé (min. 49) y Zubeldia (min. 54)
La Real Sociedad quiso tirar de épica, pero se encontró a Mbappé, que no ha leÃdo la canción de Roldan, pero ni falta que le hace. âLos vascos suben a la cima de las montañas más altasâ, rezaba âen el original en latÃnâ, la gigantesca pancarta desplegada en las gradas del Reale Arena, reproduciendo la frase inscrita en el monumento a la batalla de Roncesvalles, en la que los vascones derrotaron a las tropas de Carlomagno. Mala la hubisteis, franceses, cantaban los juglares, que eran los periodistas de la Edad Media. Los actuales se rinden a Mbappé en los partidos de fútbol, que son batallas incruentas, y ante la estrella del PSG, poco hay que decirle cuando tiene un buen dÃa; aunque apenas aparezca en los momentos señalados, que este martes fueron unos cuantos.
QuerÃa la Real jugar con paciencia, porque como decÃa su entrenador, lo mismo valÃa un gol en el minuto uno, que en el setenta, pero empezó a perderla cuando el siete parisino recibió el primer balón en la banda derecha en la que gobierna. Se lo puso Lucas Hernández y sembró el pánico en la zaga donostiarra, aunque el disparo le salió fuera. El PSG jugaba a hipnotizar a los donostiarras. Moviendo la pelota cerca de su área, los atraÃa hacia su campo, y esperaba a que se abrieran los claros en el suyo. Asà corrÃa Mbappé, reculaba Zubeldia y temblaba Anoeta. No habÃan pasado diez minutos cuando Kylian hizo otra de las suyas. Llegó a la lÃnea de fondo y le regaló el pase a Barcola, que a dos metros de la porterÃa, disparó para que Remiro, casi sin querer, metiera la pierna y salvara la ocasión.
Pero a la siguiente no perdonó. Recibió en el fondo, junto al vértice del área. Zubeldia tapaba. El francés hizo dos amagos, y tras el segundo, ya con ángulo para el disparo, no se lo pensó y cruzó la pelota para ensanchar la distancia en la eliminatoria. La sensación que daba el juego era de que el partido estaba ya amortizado, porque, por momentos, y a pesar del empeño que ponÃa la Real, la superioridad parisina resultaba evidente. Y la del astro francés, todavÃa más.
Mbappé tuvo otra, tras darse la vuelta y disparar, para que Remiro desviara a córner, antes de tomarse un respiro. El partido era Kylian, asà que cuando se ausentaba un rato, decaÃa el espectáculo. En el otro bando fue Kubo el único que hizo algo de interés con un disparo duro que se le marchó desviado. El medio campo donostiarra no tuvo su dÃa. Merino y Zubeldia flojearon más de la cuenta, y no pudieron parar los movimientos tectónicos que provocaba el juego de su rival.
Asà que cuando comenzó la segunda parte, la atención se centraba en qué propondrÃa su majestad Mbappé en el tiempo que restaba, y la duda se despejó enseguida, cuando, como siempre pegado a la banda, paciente para no caer en fuera de juego, esperó la asistencia vertical de Kang In para plantarse en solitario ante Remiro. Esta vez, la genialidad no consistió en la carrera que se pegó para entrar solo al área, que se le supone esa cualidad, sino en amagar con el cuerpo como si fuera a disparar al palo largo, para finalmente hacerlo al corto y marcar el segundo. Eso ya era definitivo, nada tenÃa más que contestar el equipo de casa, agotadas sus posibilidades de respuesta a un marcador tan contundente.
Después apretó la Real, más por orgullo que por alimentar la esperanza de remontar lo imposible, pero no consiguió que sus acometidas tuvieran fruto hasta el minuto 89, cuando Mikel Merino remató con rabia un balón que le habÃa caÃdo a los pies en el punto de penalti. Antes, Mbappé habÃa sembrado el pánico en un par de correrÃas más por su lado, aunque estuvo bien tapado entonces. Pero dejó claro que, si finalmente recala en España, salvo que lo remedie el dueño del PSG, alguna maniobra inesperada de su madre, o la apelación al patriotismo de Sarkozy, que estuvo en el palco de Anoeta, se convertirá en la atracción indiscutible de la Liga. Este martes, en territorio nacional volvió a dar argumentos para su contratación.
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