En Arabia Saudita, el tenis empieza a sentirse en el mapa mundial – RFI Español
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Riad (AFP) – Cuando Ammar Alhaqbani agarró su primera raqueta vivía en Estados Unidos y no sabía nada del tenis en Arabia Saudita. Veinte años después, su país natal es ahora un destino en auge para las estrellas de este deporte.
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Alhaqbani participó en su primer torneo en Arabia Saudita en 2011. Le sorprendió ya entonces descubrir que en ese país, donde “el fútbol es el rey”, había una comunidad de adeptos al tenis.
Ese pequeño mundo del tenis saudita, discreto entonces, celebra ahora que su país logra atraer a los circuitos profesionales y a estrellas de primera fila para partidos de exhibición.
Para Ammar Alhaqbani, que en 2018 se convirtió en el tenista saudita mejor clasificado del circuito masculino (N. 1.580), la transformación que se ha vivido en el país es enorme y por momentos surrealista.
Sentado en las gradas de un partido de exhibición en diciembre en Riad cuenta que vio cómo Djokovic, su jugador favorito, estaba midiéndose con el español Carlos Alcaraz y en un momento dado se le acercó para bromear: “Prepárate para el tercer set”.
Una escena así hubiera sido inimaginable hace diez años, subraya este jugador de 25 años.
Como en el caso de otros deportes como el fútbol o el golf, la irrupción con fuerza de Arabia Saudita en la escena del tenis mundial ha suscitado críticas, especialmente de leyendas como Martina Navratilova o Chris Evert, que denunciaron en enero, en una columna publicada por el Washington Post, el balance de Riad en lo referente a los derechos de las mujeres.
Pero eso no ha frenado las ambiciones del país, que nombró este año al español Rafael Nadal como embajador de la Federación Saudita de Tenis y que obtuvo la designación como sede de las tres próximas ediciones del Masters femenino de final de temporada.
“Vamos a cambiar”
La apuesta del reino conservador por el deporte se inscribe dentro de un plan mucho más amplio para cambiar su imagen internacional, atraer inversores y turistas, esenciales para el éxito de su extenso programa de reformas económicas y sociales.
Creada en 1975, la Federación Saudita de Tenis ha acogido a grandes jugadores mucho antes de esas reformas, como el francés Yannick Noah [campeón de Roland Garros en 1983], recuerda Areej Mutabagani, presidenta de la misma desde 2021.
En su momento, las sauditas no tenían los mismos derechos pero algunas entrenaban en pistas privadas, explica Mutabagani, que cuenta que ella misma utilizó en su día las pistas de la embajada de Estados Unidos.
“Teníamos por lo tanto un movimiento del tenis en la época. Pero por supuesto, no teníamos la posibilidad de competir en el plano internacional siendo mujeres”, añade.
Por eso este momento actual resulta todavía más fascinante, estima la presidenta del tenis saudita, digan lo que digan Navratilova o Evert. “Creo que la mejor manera que tienen de comprender de verdad la situación es viniendo a Arabia Saudita”, dijo. “Venid y compartid la experiencia. Vamos a cambiar”, apuntó.
Popularidad creciente
Es difícil sin embargo no tener en cuenta lo vivido en los últimos años por mujeres como Manahel Al Otaibi, una entrenadora de fitness y bloguera saudita, condenada en enero a 11 años de prisión por haber criticado en las redes sociales las leyes sobre la tutela masculina y la abaya [vestido tradicional que cubre el cuerpo], según las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.
![Imagen de la Tennis Academy Net de Diriyah (cerca de Riad, Arabia Saudita), el 15 de febrero de 2024](https://s.rfi.fr/media/display/4922a6b8-0eb8-11ef-aa14-005056bf30b7/345ec80add99b2d729b4d1cc47298c9e45be2f7c.jpg)
Riad afirma sin embargo que el veredicto, que no se hizo público hasta el mes pasado, se refería a “infracciones terroristas sin ninguna relación con el ejercicio de su libertad de opinión y de expresión”.
Antes de ella, otras dos mujeres habían recibido fuertes condenas por mensajes críticos en las redes sociales.
Ello no ha impedido a grandes jugadoras como la número 9 de la WTA, la tunecina Ons Jabeur, defender el papel creciente de este país en el panorama del tenis.
Los que critican “deberían estar mejor informados sobre lo que ocurre en Arabia Saudita”, declaró Jabeur a la AFP en febrero.
Si bien esos debates agitan a la prensa internacional, el saudita Abdulrahman ‘Rocky’ Alhaqbani, hermano mayor del extenista Ammar Alhaqbani, celebra la popularidad en auge del tenis en su país: “Voy a las pistas y tengo la impresión de que siempre están llenas”.
© 2024 AFP