Una celebración de la infancia moderna, Laufey lleva el jazz a una nueva generación

Cuando me siento a hablar Laufey, Han pasado poco más de 72 horas desde Taylor Swift la liberó álbum muy esperado Departamento de Poetas Torturados, y la prometedora cantante de jazz islandesa-china admite que todavía no ha escuchado los 31 temas. Pero tiene una excusa bastante buena, una con la que Swift probablemente pueda identificarse. Recientemente se embarcó en una gira mundial en promoción de su álbum ganador del Grammy, Embrujado, y a finales del mes pasado lanzó una edición de lujo de ensueño, Embrujada: La versión de la Diosa, revelando cuatro nuevas canciones que infunden su sensibilidad juvenil con un género atemporal. Lo que significa que a pesar de que ayer estuvo en Nueva Orleans y esta mañana en Atlanta, esta noche dormirá, aunque solo sea por unas horas, en Nashville después de subir al escenario del legendario Ryman Auditorium con un sombrero de vaquero rosa. 25 cumpleaños, nada menos.

Pero hasta ahora, la música clásica de Reykjavík ha asumido que el álbum de Swift trata sobre ser un artista en la carretera, enamorarse y desenamorarse, y bueno, está encontrando que eso es aplicable a su propia vida en este momento. “Personalmente, sorprendentemente, soy una de las pocas personas que puede identificarse con los detalles”, dice Laufey (pronunciado lay-vay). Feria de la vanidad a través de Zoom, desde una sala verde, como corresponde.

“Literalmente sentí esto antes, cuando dije, está bien, pon una sonrisa, luces, cámara, acción, perra. Simplemente sube al escenario y hazlo”, dice, haciendo referencia a la letra del himno de Swift “el espectáculo debe continuar”. “Puedo hacer esto con el corazón roto”.

Es un consejo que le resultará útil durante su gira este año, cuando Laufey comience su misión de presentar el jazz al público de la Generación Z en todo el mundo. “Mi esperanza es que [my music] puede ser una puerta de entrada para que la gente escuche [to jazz] y entender algo de eso a través de la lente de alguien de tu edad”, dice. Lamentando su crecimiento, su lirismo lleva su fascinante contralto, que recuerda a Billie Holiday y Ella Fitzgerald, firmemente al siglo XXI. “Tengo que dejar Instagram / Sigo volviendo / Mirando nuestros recuerdos / Sé que pronto lo borrarás”, confiesa sobre un arreglo de cuerdas de la canción “Someone New”, de su EP de 2021, Típico de mí. “Es muy especial escuchar una sala llena de miles de niños que generalmente tienen entre 15 y 25 años gritando al ritmo del jazz”, dice.

Nacida como Laufey Lín Bing Jónsdóttir, su madre era una violinista profesional que se mudó desde Beijing para actuar con la Orquesta Sinfónica de Islandia. “Estaba literalmente en el útero, en el escenario, en los ensayos de la orquesta”, bromea. “Creo que en el momento en que resistí, conseguí un violín”. A los cuatro años empezó a tocar el piano y a los ocho empezó a tomar lecciones de violonchelo. Dividiendo su adolescencia entre Beijing (donde residen sus abuelos músicos), Islandia y Washington, D.C., Laufey, un autodenominado “niño extraño de la tercera cultura”, pasó la mayor parte de su tiempo en el conservatorio de música con su hermana gemela. Junia, quien ahora se desempeña como su director creativo. “[Music] era como respirar”, dice. “Era simplemente una parte de la vida”.

Después de competir como finalista en La isla tiene talento. y semifinalista en La voz islandesa, Se especializó en música en Berklee College of Music en Boston y lanzó su primer álbum, Todo lo que sé sobre el amor, en 2022, justo después de graduarse. Aún así, nunca anticipó que el público en general la acogería como lo ha hecho en los últimos dos años. “No podía esperar decentemente ningún tipo de éxito de esa manera sólo porque no había muchos ejemplos de eso antes”, dice sobre su mezcla de música clásica, jazz y pop, aunque menciona Norah Jones, con quien lanzó un sencillo navideño de dos pistas el año pasado.

Su carrera emergente culminó en febrero en los Grammy, donde, como nominada por primera vez, venció a veteranos de la industria e íconos como Bruce Springsteen al mejor álbum vocal pop tradicional. “Me quedé realmente sorprendida”, dice. “Sentí que ya había ganado cuando me nominaron. Estaba lista para ser una cantante nominada al Grammy para siempre. Eso es suficiente para mí.” Al aceptar el premio con un vestido Chanel de lunares rosa bebé, se presentó humildemente ante la multitud repleta de estrellas, “Hola, soy Laufey”, antes de agradecer a las comunidades de música clásica y de jazz que la criaron. noche ella acompañó Billy Joel en el violonchelo y conoció al mencionado Swift. “Ese día fue absurdo”, dice. “Espero que nadie piense que pensé que este día era normal porque no lo era”.

Su victoria fue emblemática de una noche histórica, donde las mujeres dominaron las principales categorías. No se le escapa que su música y la comunidad que ha construido a su alrededor (sus fans se hacen llamar Lauvers) se han convertido en una celebración de la infancia. En TikTok, Laufey ha acumulado casi 5 millones de seguidores, donde interactúa activamente con su audiencia publicando videos virales y tontos, a menudo con su propia música. Llegue temprano a uno de sus espectáculos y será testigo de cómo la comunidad cobra vida, enjambres de chicas con moños y Mary Janes filmadas a cuadros vestidas como Laufey, intercambiando libros como pulseras de la amistad, alentado por su propio club de lectura en línea. “Cada vez que veo uno de esos TikToks de chicas que entran a mi programa con vestidos blancos y moños en el pelo, pienso que ese era el sueño de mi infancia”, dice Laufey. “Realmente siempre me emociona un poco”. Es un reflejo de un momento más amplio en la cultura, que se produjo inmediatamente después Barbie locura y el estímulo económico colectivo provocado por las giras de potencias femeninas como Beyoncé y Taylor Swift. “Es la primera vez en mucho tiempo que celebrar ser niña es realmente poderoso”, explica.