¿Nos ha fallado la oración?

Una vez leí una cita de Rees Howell que me pareció misteriosa: “La oración ha fracasado; sólo la intercesión nos ayudará”.

“La oración nos ha fallado.” ¿No es una afirmación interesante? Algunos días parece que las oraciones por nuestra nación quedan sin respuesta, incluso cuando cientos de miles de personas oran diariamente. Desde 2016, ha habido una pasión creciente por orar por Estados Unidos, e IFA ahora tiene grupos de oración en todos los estados y algunos territorios de los Estados Unidos. Y, sin embargo, todavía vemos un rápido aumento de la población LGBT entre los jóvenes estadounidenses; disminución en el número de asistentes a la iglesia; un aumento del consumo y la dependencia de drogas; multitudes que cruzan nuestra frontera ilegalmente; guerra legal que se libra contra candidatos políticos y mucho más. ¿Necesitamos pasar de un lugar de oración a un lugar profundo de intercesión?

¿Te das cuenta de que existe una profunda diferencia entre oración e intercesión? Es verdad.

Recibe GRATIS nuestras últimas novedades

Regístrese para recibir correos electrónicos diarios/semanales con las principales historias (¡además de ofertas especiales!) de The Christian Post. Se el primero en saberlo.

El Antiguo Testamento habla de oración e intercesión. La oración se presenta como un medio para que el hombre común presente peticiones a Dios. Pero la intercesión en el Antiguo Testamento era completamente diferente. La intercesión era un medio de interactuar con Dios, reservado para un grupo selecto a quien se le confiaba la tarea crítica de interponerse entre Dios y sus propósitos divinos para una persona o nación. Estos intercesores conocían el corazón de Dios Es la necesidad del hombre.

Veamos uno de los versículos más preciosos de la Biblia con el objetivo de entender la diferencia entre oración e intercesión:

“De la misma manera, el Espíritu también nos ayuda en nuestras debilidades. Porque qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (Romanos 8:26).

Este versículo explica que el Espíritu Santo nos brinda la oportunidad de participar en la intercesión. La intercesión es ahora para el hombre común. Este era un concepto alucinante para la clase religiosa de la época de Pablo. Se suponía que los líderes religiosos de esa época eran los únicos que podían interponerse entre Dios y el pueblo. Este hecho les dio seguridad laboral, autoridad y un sentido de valía. Pero en Romanos, el tratado teológico de Pablo, pone fin a esta exclusividad cuando dice que el Espíritu intercede por nosotros mientras “gemimos”. La raíz de la palabra intercesión significa literalmente “dar en el blanco”.

Reunir todo esto nos ayuda a entender la intercesión como un proceso de consulta para lograr el objetivode lo que Dios desea para una persona, una situación, una nación.

Para entender correctamente la palabra griega para intercesión: entugchano— es entenderlo como un proceso de consulta, un proceso en el que dos partes cooperan entre sí. En la intercesión, una de las partes busca consejo y la otra lo da. No intercedemos, pero entramos en un proceso de intercesión.

Existen diferencias específicas entre oración e intercesión.

• La oración está relacionada con la voluntad permisiva de Dios. La intercesión está relacionada con la perfecta voluntad de Dios.
• La oración trata con las circunstancias. La intercesión tiene que ver con propósitos divinos.
• La oración implica una lista. La intercesión implica escuchar.

como presidente de Intercesores por América, Los cristianos que oran a menudo me dicen: “No soy un intercesor”. Parece haber una cierta sensación de misterio o llamado especial asociado con el término – pero en realidad, ¡cualquiera puede ser un intercesor! Esto es lo que significa ser un intercesor:

• Busque primero comprender el corazón de Dios sobre un asunto.
• Priorice escuchar al Espíritu Santo antes de hablar.
• Considérate como un instrumento vital que coopera con Dios para hacer realidad Su perfecta voluntad.
• Venir humildemente ante Dios deseando “dar en el blanco” cooperando con Él.
• Hazle al Señor esta pregunta: “¿Cuáles son Tus propósitos divinos para esta persona, para esta nación?”
• Siéntate en la intersección entre la voluntad divina de Dios y las necesidades de los hombres, clamando que se haga su voluntad.

Ahora podemos entender por qué Rees Howell diría: “La oración nos ha fallado; sólo la intercesión nos ayudará”.

¿Tiene Dios un buen futuro para nuestra nación? ¡Si, absolutamente!

Dios tiene un plan para nuestra nación: un futuro bueno. Este plan incluye nuestra intercesión. Nuestra parte es buscar a Dios, aguantar De él plan, y luego interceder hasta que veamos que ese plan se desarrolle y llegue a buen término. La oración es buena y necesaria, pero hay momentos en que intercesión es necesario. Éste es uno de esos momentos. Que Dios nos guíe a un lugar de profunda intercesión, un lugar de trabajo, donde nos apoderemos de Su plan y propósito para nuestra nación.